La locura no es obligatoria


Bhagavad-gītā 14.13

Todos hemos visto a personas normales y cuerdas comportarse de repente de forma anormal, incluso desquiciada. Quizás nos haya pasado a nosotros mismos. Para algunas personas, este comportamiento anormal y contraproducente se vuelve tan habitual que, aunque amenaza su carrera, sus relaciones, sus finanzas, su salud e incluso su vida, lo justifican pasivamente diciendo: "Así soy; es mi naturaleza".

¿De verdad? ¿Es obligatoria la locura?

No, declara la sabiduría del Bhagavad-gītā. Todos somos almas que se caracterizan originalmente no solo por la cordura, sino también por la serenidad e incluso la felicidad. El Bhagavad-gītā14.13 ) indica que el comportamiento insano ( pramada ) resulta del predominio de la modalidad de la ignorancia en nuestra mente. Esta modalidad acumulada de ignorancia primero sabotea nuestra inteligencia normal ( aprakasha ), luego distorsiona nuestro patrón de comportamiento normal ( apravrtti ) y finalmente nos impulsa a acciones autodestructivas.

Entre las tres modalidades, la de la ignorancia es la más baja y la más vil. Por eso es la que más pervierte nuestra naturaleza original. Afortunadamente, esta perversión, por muy perjudicial que sea, nunca es irreversible. Todos tenemos el poder de recuperar nuestra naturaleza pura original. Para este retorno a la pureza, necesitamos exponernos conscientemente a lugares (p. ej., templos), personas (p. ej., devotos), acciones (p. ej., cantos) y emociones (p. ej., éxtasis en kīrtana) que estén cargados de espiritualidad. Estos estímulos trascendentales revocan las influencias de la ignorancia e invocan nuestras tendencias espirituales latentes. Cuanto más practicamos el arte de exponernos a las influencias trascendentales, más nos adentramos en nuestra naturaleza espiritual.

La influencia trascendental suprema —de hecho, la fuente de todas las influencias trascendentales— es Kṛṣṇa mismo. Cuando nos exponemos a Él internamente, pensando constantemente en Él, Su presencia en nuestra conciencia nos protege de todas las posibles influencias negativas. Pensar constantemente en Kṛṣṇa es nuestra mayor seguridad interior y, en última instancia, la fuente del éxtasis supremo y eterno. 

Cuando hay un aumento de la modalidad de la ignorancia, ¡oh, hijo de Kuru!, se manifiestan la oscuridad, la inercia, la locura y la ilusión. – Bhagavad-gītā 14.13

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