Por qué el autocontrol no es la clave para superar los malos hábitos

Bhagavad-gītā 15.10

Cuando intentamos superar un mal hábito, normalmente creemos que necesitamos más autocontrol.

¿Pero acaso podríamos necesitar otra cosa? Nuestros malos hábitos, por muy nocivos que sean, no son más que vías de escape frente a las cargas y luchas de la vida. Cuando buscamos repetidamente una vía de escape, esa búsqueda se convierte en hábito. Y cuando la vida se vuelve especialmente difícil o insoportable, buscamos alivio en ese hábito sin pensarlo, aunque el precio sea alto.

¿Cómo podemos dejar de buscar esa vía de escape? No simplemente esforzándonos más por controlarnos —lo cual solo reprime una necesidad profunda—, sino cuidándonos lo suficiente como para querer entender por qué buscamos esa vía de escape. Entonces podremos atender nuestras necesidades subyacentes a través de dos recursos:

1. Vida con sentido:
No podemos eliminar todos los problemas de nuestra vida, pero sí podemos llenarla de un propósito que haga los problemas más llevaderos. Luchar por una causa que valga la pena nos da una satisfacción profunda que incrementa nuestra resistencia y reduce así la necesidad de escapar. ¿Cómo podemos hallar un propósito significativo? Entendiéndonos mejor a nosotros mismos. En este sentido, el Bhagavad-gītā (15.10) ofrece sabiduría filosófica que actúa como el “ojo” para ver el “yo”.

2. Pausas saludables:
A medida que nos comprendemos mejor, podemos buscar la intersección entre aquello que disfrutamos hacer y lo que nos hace bien. En ese punto se encuentran las actividades que pueden darnos descansos sanos y felices. Después, cuando sintamos la necesidad de un descanso, podremos reconocerla con amabilidad y elegir firmemente esas actividades elevadoras.

Con este tipo de autocuidado, superar los malos hábitos se vuelve más fácil, porque habremos atendido la necesidad profunda que nos impulsaba hacia ellos.

Resumen en una frase:
Para curar los malos hábitos, no necesitamos más autocontrol, sino mejor autocuidado.

Reflexiona:

·                     ¿Luchas con algún mal hábito? ¿Qué necesidad subyacente te lleva hacia él?

·                     ¿Qué propósito puede hacer tu vida más significativa?

·                     Enumera tres actividades que puedan darte descansos sanos y felices.

Los necios no pueden entender cómo una entidad viviente puede abandonar su cuerpo, ni pueden entender de qué clase de cuerpo disfruta bajo el hechizo de las modalidades de la naturaleza. Pero aquel cuyos ojos están adiestrados en lo referente al conocimiento, puede ver todo eso. – Bhagavad-gītā 15.10