El apego nos vuelve ciegos, la arrogancia nos mantiene ciegos


Bhagavad-gītā 16.10

Superando la tentación

Supongamos que alguien atrae a un transeúnte desprevenido hacia un callejón oscuro y luego lo ataca con tal brutalidad que lo deja ciego. Eso sería terrible. Pero supongamos que otra persona impide que la víctima reciba el tratamiento que podría devolverle la vista. Eso sería doblemente terrible.

Todos somos vulnerables a dos atacantes terribles: el apego y la arrogancia. Veamos cómo:

Apego: En nuestro viaje por la vida, frecuentemente somos atraídos por las tentaciones del mundo. Cuando nos entregamos a ellas, pronto nos apegamos. Ese apego nos enfoca únicamente en los objetos tentadores y nos ciega ante todo lo demás. Por ejemplo, las personas alcohólicas muchas veces no pueden ver el daño que su adicción les causa: en su dinero, salud, reputación, relaciones, e incluso en toda su vida.

Arrogancia: Después de haber sido cegados por el apego, somos atacados por la arrogancia, la cual nos hace creer que sabemos lo que estamos haciendo y que no necesitamos la ayuda de nadie. La arrogancia nos vuelve sordos ante nuestros seres queridos cuando nos advierten sobre el peligro de nuestros apegos. Así, por ejemplo, cuando una persona alcohólica niega con arrogancia su problema, no hace más que empeorarlo.

Este doble golpe de apego y arrogancia no solo nos mantiene atrapados en la ilusión, sino que nos arrastra hacia ilusiones aún más oscuras (Bhagavad-gītā 16.10). En el Rāmāyaṇa, Rāvaṇa está cegado por el deseo hacia Sītā. Y su arrogancia lo lleva a ignorar las advertencias de sus bienquerientes; de esta forma, la arrogancia lo mantiene ciego y lo impulsa hacia la autodestrucción.

¿Cómo podemos protegernos de esta ceguera interior?
Si estamos apegados, no siempre podemos renunciar de inmediato a ese apego. Aun así, podemos dejar de lado la arrogancia y buscar ayuda de nuestros bienquerientes. De entre todos ellos, el más poderoso es nuestro Señor eterno, Kṛṣṇa (5.29). Si buscamos humildemente Su ayuda practicando bhakti-yoga, y especialmente al asociarnos con Sus devotos compasivos, por Su gracia podremos saborear la satisfacción espiritual que nos dará el poder de liberarnos de nuestros apegos.

Reflexiona:

·                     ¿Cómo nos ciega el apego?

·                     ¿Cómo nos mantiene ciegos la arrogancia?

·                     ¿Está la arrogancia impidiéndote buscar ayuda para superar algún apego? ¿Cómo podrías dejar de lado esa arrogancia?

Refugiándose en una lujuria insaciable y absortos en la vanidad del orgullo y el prestigio falso, la gente demoníaca, engañada de ese modo, siempre está entregada a trabajos sucios, atraída por lo temporal. - Bhagavad-gītā 16.10

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