La humildad surge al reconocer nuestra vulnerabilidad


Bhagavad-gītā 16.17

Algunas personas asocian la humildad con la falta de amor propio. Sin embargo, los humildes se respetan tanto a sí mismos que están dispuestos a hacer lo que sea necesario para protegerse. Para obtener esta protección, reconocen su vulnerabilidad, y ese reconocimiento los hace humildes.

Considera a los soldados en el campo de batalla. Incluso cuando confían en sus propias habilidades, saben que no pueden mirar en todas las direcciones; necesitan que otros les cuiden la espalda. Al reconocer su vulnerabilidad y su necesidad de los demás, practican la humildad.

La esencia de la humildad no está en gestos como inclinarse, que podrían parecer serviles; la esencia está en reconocer que, incluso cuando damos lo mejor de nosotros, hay muchas cosas que nos afectan y sobre las cuales no tenemos control.

El capítulo dieciséis del Bhagavad-gītā describe a los impíos que se niegan a reconocer esto. Se imaginan a sí mismos como controladores y disfrutadores (16.13), y creen que no hay nadie como ellos (16.15). Al sobreestimarse y subestimar a los demás, se vuelven autosuficientes y arrogantes (16.17). Son como soldados que creen ser invulnerables y que no necesitan la ayuda de nadie. Esa confianza temeraria los lleva a la destrucción. De forma similar, los impíos se lanzan por trayectorias espiritualmente destructivas (16.19–20).

Para evitar una catástrofe autoinducida, necesitamos reconocer que necesitamos ayuda de algo más allá de nosotros mismos. Necesitamos ayuda para protegernos no solo ante las muchas incertidumbres impredecibles del mundo, sino también ante sus múltiples y seductoras tentaciones. Y necesitamos la ayuda no solo de otras entidades vivientes como nosotros, sino también del ser supremo, Kṛṣṇa, quien es la fuente eterna y el refugio de todos. Al practicar con humildad el bhakti-yoga para conectar con Él, realizamos nuestra espiritualidad indestructible y saboreamos una dicha imperecedera en nuestra relación eterna con Él.

Así, la sabiduría del Gītā nos ayuda a convertirnos en humildes guerreros espirituales, fortalecidos por una combinación de vigilancia y dependencia.

Creídos de sí mismos y siempre impudentes, engañados por la riqueza y el prestigio falso, a veces ellos ejecutan sacrificios orgullosamente y sólo de nombre, sin seguir ninguna regla ni regulación. - Bhagavad-gītā 16.17

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