Ve el mundo a través de la Palabra, no la Palabra a través del mundo


Bhagavad-gītā 16.23

Ver el mundo a través de la Palabra significa, ante todo, permitir que la Palabra de Dios —el Bhagavad-gītā— determine nuestro marco conceptual básico, y luego analizar el mundo a través del lente que esa Palabra nos proporciona.

Por el contrario, ver la Palabra a través del mundo implica dejar que los sistemas de pensamiento mundanos definan primero nuestro marco conceptual, y luego examinar el Gītā desde ese filtro. Quienes priorizan el mundo sobre la Palabra terminan forzando al Gītā a encajar dentro de las categorías analíticas de su visión del mundo preferida.

Así, los nacionalistas reducen el Gītā a un libro indio; los religiosos sectarios, a un libro hindú; y los historiadores, a una obra de literatura antigua de la India. Aquellos completamente cautivados por visiones del mundo específicas pueden ir incluso más allá de reducir el Gītā, llegando a distorsionarlo. Por ejemplo, los marxistas —que interpretan todo en términos de lucha de clases— etiquetan el Gītā como un texto de ortodoxia brahmínica. Las feministas radicales —que ven todo a través del prisma del conflicto de género— lo califican como un libro de chauvinismo masculino.

Estas personas, al insistir en ver el Gītā a través de las categorías del mundo, con frecuencia terminan rechazando sus enseñanzas. Tal como declara el Gītā (16.23), quienes rechazan su mensaje se privan a sí mismos de su don esencial: la felicidad.

Todo análisis centrado exclusivamente en el mundo pierde de vista una realidad fundamental: que el Gītā es la Palabra de Dios dirigida a toda la humanidad, para todos los tiempos.

Dios, siendo la fuente de todo, es el benefactor de todos —más allá de cualquier designación mundana como clase, género, nacionalidad o religión. Ni Él ni Su mensaje pueden ser reducidos a una sola nación, época histórica o comunidad religiosa. Él comparte el Gītā para ayudarnos a saborear una felicidad duradera, al comprender nuestra verdadera identidad espiritual como almas —una identidad que trasciende todas las categorías del mundo.

Al abrazar el camino no sectario de la autorrealización explicado en el Gītā, cualquier persona, en cualquier lugar, puede satisfacer plenamente —y para siempre— el anhelo universal del ser humano: la felicidad.

Aquel que hace a un lado las disposiciones de las Escrituras y actúa según sus propios caprichos, no consigue ni la perfección, ni la felicidad, ni el destino supremo. - Bhagavad-gītā 16.23

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