Bhagavad-gītā 18.8
Vivimos en una cultura que evita el compromiso. Las personas quieren probar cosas —especialmente relaciones— sin comprometerse realmente. Esta falta de voluntad para comprometerse es una de las principales causas del colapso generalizado de los matrimonios en la sociedad contemporánea.
Lamentablemente, nuestra aversión al compromiso puede agravarse en el camino espiritual si la confundimos con el desapego. El desapego significa volverse indiferente a los planes de la mente para el disfrute material. Esta indiferencia surge al comprender que las cosas mundanas nunca cumplen la promesa de brindar verdadera felicidad.
En cambio, la aversión al compromiso surge del deseo de seguir abiertos a los múltiples planes de la mente. Aún creemos que las cosas materiales nos darán placer —solo que no estamos seguros de cuál de esos planes dará más placer. Como comprometernos con una opción significa muchas veces renunciar a las demás, preferimos no comprometernos con nada.
De manera muy relevante, el Bhagavad-gītā (18.8) advierte que la renuncia motivada por el miedo a la incomodidad es una renuncia en la modalidad de la pasión. En este contexto, la incomodidad es el precio de comprometernos con una opción concreta. El mismo verso advierte que tal renuncia no da frutos: no conduce ni a la purificación ni a la liberación, que son los objetivos del crecimiento espiritual.
Para ayudarnos a purificar la mente, la Gītā recomienda el bhakti-yoga. Este yoga del amor requiere compromiso —compromiso con las prácticas devocionales que nos acercan a Kṛṣṇa, el ser totalmente puro. Esta cercanía calma y aclara la mente, y nos permite desarrollar verdadero desapego. En ese estado, soltamos los apegos que nos atan y adoptamos compromisos que sacan lo mejor de nosotros.
En resumen, el desapego significa cerrar la puerta a las propuestas de la mente, mientras que la aversión al compromiso significa mantener todas las puertas abiertas. El desapego es una virtud que nos ayuda a alejarnos de la materia y acercarnos al espíritu, mientras que la aversión al compromiso es una debilidad que nos mantiene atados al mundo material.
Todo aquel que abandona los deberes prescritos considerándolos dificultosos o por temor a las incomodidades físicas, se dice que ha renunciado en el plano de la modalidad de la pasión. Con ese acto nunca se obtienen los resultados de la renunciación. - Bhagavad-gītā 18.8
No hay comentarios:
Publicar un comentario