Podemos estar en desacuerdo, pero no tenemos que ser desagradables

Bhagavad-gītā 18.3

Al interactuar con otras personas, puede que encontremos opiniones totalmente inaceptables. Su perspectiva y forma de entender las cosas pueden ser tan distintas a las nuestras que no nos queda más remedio que discrepar. Aun así, no tenemos que ser desagradables. Es decir, no tenemos que dejar que sus opiniones, por muy escandalosas que parezcan, nos hagan reaccionar de forma inapropiada —ya sea insultando, criticando a sus espaldas, chismeando o simplemente poniéndonos de mal humor.

Kṛṣṇa demuestra cómo discrepar con respeto en el Bhagavad-gītā (18.3), al hablar sobre cómo evitar el karma que ata. Algunos dicen que, como toda acción tiene defectos, debe ser abandonada por completo. Otros opinan que acciones como el sacrificio, la caridad y la austeridad purifican, por lo tanto, las acciones que purifican no deben dejarse. Más adelante, Kṛṣṇa da Su conclusión definitiva: actuar con sentido del deber y desapego (18.6).

Aunque aquellos que promueven la renuncia tienen una opinión distinta —incluso opuesta— a la suya, Kṛṣṇa no habla negativamente de ellos. En el Gītā (18.3), se refiere a ellos con respeto, usando el honorífico manīṣiṇaḥ: aquellos que han controlado su mente y, por lo tanto, son reflexivos. ¿Por qué Kṛṣṇa muestra tanto respeto? Porque esas personas están persiguiendo un propósito superior. La mayoría vive de manera materialista, sin darse cuenta de que ese estilo de vida lleva al apego y al sufrimiento. Es admirable que haya quienes reconozcan la futilidad del materialismo y se pregunten cómo liberarse. Kṛṣṇa valora su capacidad de reflexión, incluso cuando sus conclusiones específicas no coinciden con las Suyas.

De manera similar, aunque tengamos que estar en desacuerdo con alguien, aún podemos buscar algo que apreciar en esa persona. El simple hecho de que se preocupen por el tema ya puede ser algo valioso, aunque su punto de vista no lo sea.

Al aprender a ver lo bueno en los demás, podemos discrepar sin ser desagradables. Así, haremos de nuestro corazón y de nuestro entorno un espacio más pacífico y armonioso para nuestra evolución espiritual y la de los demás.

Algunos eruditos declaran que todas las clases de actividades fruitivas se deben abandonar como algo malo, mientras que otros sabios sostienen que los actos de sacrificio, caridad y penitencia nunca se deben abandonar. - Bhagavad-gītā 18.3