Bhagavad-gītā 18.38
El deseo nos rapta con la promesa del placer y nos abandona en la provincia del malestar.
El Bhagavad-gītā (18.38) afirma que los deseos sensuales nos conducen a placeres engañosos: placeres que inicialmente saben a néctar, pero que con el tiempo se convierten en veneno. De esta manera, el deseo secuestra nuestra conciencia con promesas de disfrute, como se indica en 2.44. Este secuestro significa que nuestra conciencia se aleja de la seguridad y la sobriedad, de forma similar a como un niño puede ser arrancado de la seguridad del hogar o la escuela.
Una vez que nuestra conciencia es secuestrada por el deseo, queda abandonada en un estado de angustia, donde debemos afrontar las consecuencias de la indulgencia. Esta angustia se manifiesta de diversas maneras: las consecuencias afectan el tiempo, la salud, la riqueza, la reputación, la responsabilidad, la moralidad y la espiritualidad. Estas repercusiones exigen que reconstruyamos nuestras vidas, lo que a menudo requiere largos y arduos esfuerzos para recuperarnos, dependiendo de la intensidad de nuestra indulgencia.
Así como el rescate de un niño secuestrado depende de lo lejos que haya sido llevado, nuestra recuperación depende de lo lejos que se haya desviado nuestra consciencia. Comprender que los deseos iniciales son engañosos y que su promesa de placer es solo un truco puede empoderarnos. Debemos reconocer que lo que el deseo ofrece no es verdadero placer, sino una dura realidad llena de dificultades, de la cual la recuperación puede ir desde difícil hasta casi imposible, como se observa en los casos de adicción.
Sólo a través de una comprensión honesta de la naturaleza engañosa del placer podemos construir la determinación de evitar ser cegados por la promesa inicial del néctar e ignorar el veneno eventual e inevitable.
Resumen:
· El deseo sensual secuestra nuestra conciencia de un estado seguro y nos lleva a problemas, de forma similar a cómo los secuestradores llevan a un niño de su casa a un lugar peligroso.
· Entregarse al placer sensual trae como resultado problemas que afectan el tiempo, las emociones, la energía mental, la salud, la moralidad, la responsabilidad, la reputación y la espiritualidad.
· El grado de nuestra inteligencia y conciencia determina la eficacia con la que podemos recuperarnos de las consecuencias de la indulgencia.
· Sólo comprendiendo la estrategia engañosa del deseo podremos desarrollar la determinación de resistir sus promesas.
Piénsalo bien:
· ¿En qué sentido el efecto del deseo sensual sobre nuestra conciencia es similar al de una abducción?
· ¿Puedes recordar alguna experiencia en la que tú o alguien que conoces cayó en serios problemas debido a la indulgencia?
· ¿Qué costos de la indulgencia has sentido más agudamente y cómo pueden usarse como motivación para evitar caer en el engaño de los deseos?
La felicidad que procede del contacto de los sentidos con sus objetos, y que al principio parece ser un néctar, pero al final parece ser veneno, se dice que es de la naturaleza de la pasión. - Bhagavad-gītā 18.38

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