Bhagavad-gītā 18.22
Algunas personas no pueden vivir sin estimulación externa continua. Cada pocos minutos, revisan sus celulares para ver las últimas cotizaciones de las acciones, las noticias de última hora o los resultados del fútbol.
Quizás necesitemos estar en sintonía con el mundo, pero no necesitamos depender ni ser adictos a la estimulación externa. Ese tipo de conexión con el mundo nos desconecta de nosotros mismos. Nos desconecta de nuestros valores fundamentales, nuestros principios más preciados, nuestras prioridades más profundas. Nos reduce de seres conscientes con sentido a robots reaccionarios diseñados para poco más que sobrevivir en medio del implacable embate de las convulsiones diarias.
Nuestra atención a la actualidad puede dejar a los demás boquiabiertos, pero eso no impide que nuestro corazón se derrumbe. Nuestra inconsciencia de nosotros mismos, lenta pero inexorablemente, nos lleva a una caída libre en el abismo del sinsentido absoluto. La falta de respuestas a las preguntas fundamentales de la vida, como "¿Quién soy? ¿Qué es la vida? ¿Qué es lo que realmente importa en la vida?", nos debilita, convirtiéndonos en cascarones vacíos que siguen funcionando según la apariencia, no la sustancia. El Bhagavad-gītā ( 18.22 ) declara que esa obsesión desequilibrada por una fracción de la realidad es conocimiento en la modalidad de la ignorancia.
Somos almas cuya verdadera naturaleza es deleitarse en una conexión amorosa eterna con Kṛṣṇa. El proceso del servicio devocional nos permite conectar con nuestra verdadera naturaleza.
Tras dedicar tiempo regularmente a conectar con nuestro verdadero ser, podemos conectar con el mundo de una forma transformadora. Externamente, somos capaces de actuar con inteligencia y productividad para nuestro propio beneficio y el de los demás. E internamente, somos capaces de comprender mejor las verdades espirituales. En esta simbiosis entre nuestro mundo exterior e interior, descubrimos una vida que es a la vez estimulante y plena.
Y el conocimiento por el cual uno está apegado a una clase de trabajo como si lo fuera todo, sin conocimiento de la verdad, y que es muy escaso, se dice que está en el plano de la modalidad de la oscuridad. - Bhagavad-gītā 18.22
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