Bhagavad-gītā 18.47
Empodérate , Nutre tu ser , Citas inspiradas en versos del Gita
Un pasatiempo humano común es la comparación: «Mi coche es mejor que el suyo; su casa es mejor que la mía; mi teléfono es más inteligente que el suyo». Mediante estas comparaciones, en esencia, nos comparamos con los demás. Si salimos ganando, nos sentimos bien, regodeándonos en un complejo de superioridad. Si salimos perdiendo, nos sentimos mal, sucumbiendo a un complejo de inferioridad.
Hoy, con la tecnología que reduce las distancias, nuestro ámbito de comparación se ha expandido desde nuestro entorno físico al mundo entero. Inconscientemente, nos comparamos con los mejores en cada categoría, a menudo con imágenes digitales creadas por ellos. Al intentar en vano parecernos a ellos, nos atormentamos con sentimientos de insuficiencia e inseguridad.
Pero esa autoflagelación es innecesaria. Todos somos únicos. Y podemos hacer contribuciones únicas según nuestra esencia, si tan solo sacamos lo mejor de nosotros mismos. Sacar lo mejor de nosotros no requiere que nos convirtamos en otra persona, por muy idealizada que esté. Sacar lo mejor de nosotros mismos requiere que profundicemos en nuestro interior y comprendamos quiénes somos realmente y qué se nos ha dado.
La sabiduría del Gītā explica que, en nuestra esencia, somos almas, parte del supremo y omnibenevolente Kṛṣṇa. Él nos ha dado todo lo necesario para nuestra evolución espiritual. El Bhagavad-gītā (18.47) nos advierte sobre el deseo de obtener el trabajo de otros solo porque se le idealiza. En cambio, nos insta a centrarnos en nuestro propio trabajo natural, aquel que nos resulta natural según nuestras inclinaciones y circunstancias.
Para así alcanzar nuestro máximo potencial, el mejor punto de referencia es compararnos con nosotros mismos; es decir, comparar quiénes somos hoy con quiénes éramos ayer. Mediante esta comparación, podemos evitar los dos grandes obstáculos del complejo de inferioridad y el complejo de superioridad. Logrando una mejora personal gradual, avanzamos con paso firme hacia una autorrealización plena y duradera.
Es mejor que uno se dedique a su propia ocupación, aunque lo haga imperfectamente, que aceptar la ocupación de otro y hacerlo a la perfección. Los deberes que se prescriben de acuerdo con la naturaleza de cada cual, nunca son afectados por las reacciones pecaminosas. - Bhagavad-gītā 18.47

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