Śrīla Prabhupāda dijo en una ocasión que cada vez que uno de sus
manuscritos era impreso y publicado como libro, él sentía como si acabara de
conquistar un imperio. Y así para sus discípulos era también una oportunidad de
asociación íntima el poder preparar sus libros para imprimirlos y traerle por
adelantado una copia recién salida de la imprenta.
Cuando se publicó la segunda parte del Séptimo Canto del Śrīmad-Bhāgavatam, Śrīla Prabhupāda estaba hospedado en el templo de ISKCON de la ciudad
de Nueva York. Rāmeśvara Swami y Rādhāvallabha habían ido al aeropuerto y
habían recibido las dos primeras copias por flete especial. Eran cerca de las
2 de la mañana cuando regresaron al templo. Deseosos de presentar el libro a
Prabhupāda, tomaron el ascensor hasta su habitación en el piso once. Había luz
en la sala de estar. Abriendo silenciosamente la puerta, descubrieron que él
no estaba ahí. Se dirigieron de nuevo al vestíbulo y vieron la luz encendida
en el cuarto de baño. Con regocijo infantil, controlando apenas sus risas, cada
uno escondió un libro detrás de su espalda y, sonriendo, esperaron para
presentárselo a Prabhupāda. Cuando Prabhupāda salió, los vio y dijo: —Oh,
¿están aquí?—. Notó que estaban sosteniendo algo detrás de sus espaldas y que
estaban tratando de controlar sus sonrisas. —¿Tienen algo para mí? —dijo, correspondiendo
perfectamente al humor de sus devotos. Entonces caminó hacia la sala de estar,
miró sobre su hombro de manera juguetona y los invitó: —¡Vengan!
Cuando le mostraron los libros, Śrīla Prabhupāda exclamó: —¡Aaah!—, tomó
uno de inmediato, y tocó su cabeza con él. Miró la cubierta y luego dio vuelta
al libro y miró la cobertura de atrás. Abrió la primera página y leyó en voz
alta el epígrafe seleccionado. Examinó detenidamente la introducción, página
por página y luego miró cuidadosamente todas las láminas. Entonces Śrīla
Prabhupāda empezó a leer el libro en voz alta, desde el capítulo «Prahlāda
apacigua al Señor Nṛsiṁhadeva con oraciones». La jubilosa fiesta de presentación
se unió al éxtasis de una lectura del Bhāgavatam
por Śrīla Prabhupāda. Continuó leyendo durante cerca de cuarenta minutos,
aparentemente inconsciente de todo lo demás.
Entrevista con Rāmeśvara Swami
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