Varios devotos aconsejaron a Satya‑nārāyaṇa dāsa que sería importante
hacer un serio estudio del Äyur Veda.
Satya‑nārāyaṇa estaba viviendo en Florida, pero planeaba ir a la India para comenzar el
estudio de medicina védica. Había escrito a un kavirāja de Calcuta, a quien también Prabhupāda veía a veces, y el kavirāja había contestado consintiendo
en aceptar a Satya-nārāyaṇa como su estudiante.
Al llegar a Māyāpura, Satya‑nārāyaṇa fue a ver a Śrīla Prabhupāda, quien
en ese momento estaba recibiendo un masaje en la terraza del edificio. A los
primeros intentos de su discípulo para explicarle el proyecto de Äyur Veda, Śrīla Prabhupāda levantó la
mano y dijo: —Oh, ahora estoy muy cansado—. Parecía que no solamente estaba
cansado, sino que no estaba particularmente inclinado a escuchar. Al cabo de
un día o dos, Satya‑nārāyaṇa logró obtener otra entrevista. Esta vez entró en
el cuarto de Śrīla Prabhupāda, le ofreció sus daṇḍavats, y explicó las
cosas un poco más. —Puedo quedarme aquí en Calcuta como pūjārī. El doctor se encuentra a sólo dos kilómetros de aquí, y
puedo estudiar bajo su dirección. Tengo permiso de mi GBC.
Prabhupāda lo interrumpió: —No, eso no es muy importante—. Y desvió la
mirada. Satya‑nārāyaṇa no podía creer que se daba por supuesto que tenía que
aceptarlo sin más comentarios. Quería una respuesta y una razón, así que se
sentó silenciosamente mirando a Prabhupāda. Prabhupāda se volvió hacia él
amablemente. —No estamos interesados en estudiar estas diferentes ciencias.
Cualquier medicina que funcione, úsala. En realidad, la medicina occidental
está muy avanzada. Así que no hay razón para estudiar esta. Queremos
volvernos brāhmaṇas—. Prabhupāda apuntó hacia El Libro de Kṛṣṇa sobre su escritorio y
dijo: —Tú simplemente lee mis libros. ¡Eso es lo que debes hacer!
Satya‑nārāyaṇa se sintió satisfecho y dijo: —Gracias, Prabhupāda.
Prabhupāda contestó fuertemente: —¡Hare Kṛṣṇa!—. Y ese fue el final de
la carrera de Satya‑nārāyaṇa como médico ayurvédico.
Entrevista con Satya‑nārāyaṇa dāsa
Satya‑nārāyaṇa piensa que
Prabhupāda elogió la medicina occidental «sólo para empujarme a la conciencia
correcta». La verdadera convicción de Prabhupāda era más parecida a la que
presenta Prahlāda Mahārāja en el Śrīmad-Bhāgavatam: «Sean cuales fuesen los
remedios que acepten, aunque beneficiosos, en realidad son transitorios. Por
ejemplo, un padre y una madre no pueden proteger a su hijo, un médico no puede
aliviar al paciente que sufre, y un barco no puede salvar al que se ahoga en
medio del océano» (Bhāg. 7.9.19). Y Śrīla Prabhupāda escribe en el significado de este verso: «A
menos que uno se encuentre protegido por la misericordia del Señor, ningún
posible remedio dará resultado. Consecuentemente uno debe depender totalmente
de la misericordia sin causa del Señor. Es evidente que en la vida cotidiana
tenemos que tomar algunas medidas de protección, pero nadie puede proteger a
alguien que ha sido desatendido por la Suprema Personalidad
de Dios».
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