13. Śrīla Prabhupāda dijo: Sobre la Educación de los Hijos

Śrīla Prabhupāda dijo

Sobre la Educación de los Hijos
Hablé con Su Divina Gracia Śrīla Prabhupāda sobre el contenido de tu carta. Śrīla Prabhupāda declaró que nuestros gṛhasthas deben simplemente cantar cincuen­ta rondas antes de concebir un hijo. Prabhupāda dijo: —No queremos todos esos rituales. Cantar Hare Kṛṣṇa es nuestra única ocupa­ción. De acuerdo con el Manu-saṁhitā ustedes son todos mlecchas y yavanas. Ustedes no pueden tocar el Manu‑saṁhitā; qué decir de traducirlo. Así que si tratas de seguir el Manu‑saṁhitā, entonces te volverás un mleccha y un yavana y entonces tu carrera se habrá terminado.
Carta a Madhusūdana dāsa (19 mayo 1977),
escrita por el secretario de Prabhupāda en su nombre

Tengo entendido que estás esperando un hermoso hijo para educarlo en la conciencia de Kṛṣṇa. Con respecto a es­to, debes evitar cualquier alimento con­dimentado, mientras el niño se encuen­tre dentro del vientre. En lo que se refiere al parto natural, un alumbramiento natural es posible si nos mantenemos en forma natural. Y hasta donde yo sé, una mujer encinta no debe comer ali­mentos picantes, viajar en auto, ni sentarse ociosa. Debe mo­verse y hacer algún trabajo físico. Estas son las reglas y regulaciones generales que he visto en la India. Allá tienen partos naturales. Pero en lo que respecta a tu país, y especial­mente a la situación de las mujeres allí, es algo diferente. No puedo decir de manera concluyente lo que debe hacerse. Bajo tales circunstancias, lo mejor que se puede hacer es consultar a un doctor, como lo hacen de costumbre. Y después de todo, Kṛṣṇa es el Amo definitivo, si mantienes hábitos naturales y dependes de Kṛṣṇa, entonces todo será favorable, sin ninguna dificultad.
Carta a Satyabhāmā-devī dāsī (24 mayo 1969)

Preguntas si los niños deben ser lle­vados a los médicos normales. ¿Por qué no? Claro, no podemos confiar siempre en que estos doctores puedan estar haciendo lo correcto, pero ¿qué se puede ha­cer? El principio que guíe nuestra actividad debe ser el de hacer lo que sea favorable para complacer a Kṛṣṇa. Así que si tu hija necesita atención médica a fin de estar apta para servir a Kṛṣṇa, entonces re­sulta simplemente práctico que ella reciba esa atención. Lo mismo que el gobierno te está dan­do dinero, ¿por qué no usarlo para Kṛṣṇa? Lo único que debes evitar es estafarlos reclamando algo falso para obtener di­nero. Entonces arriesgaríamos nuestra muy alta reputación como personas piadosas. Pe­ro si el gobierno está dispuesto a darnos dinero y co­mida, entonces por supuesto que debemos acep­tar.
Carta a Lalita-kumāra dāsa (22 noviembre 1971)

Respecto al problema de traer los niños a la clase, me permito informarte que nuestros niños nacidos de padres conscientes de Kṛṣṇa son todos bienvenidos, y que más bien quiero cientos de niños así, por­que el niño es el padre del hombre y en el futuro pensamos cambiar la superficie del planeta. De todos modos, he visto a M. criar a su hijo con tanto esmero que ella asistía diariamente a mis clases y el niño jugaba, no lloraba. Similar­mente, el hijo de L. nunca llora ni perturba en la clase. L. siempre estaba pre­sente con su niño, así es que esto depende de la madre. Debes buscar la manera en que el niño esté confortable, para que no llore. El niño llora solamente cuando se siente incómodo. La comodidad o incomodidad del niño depen­de de la atención de la madre. Así que la solu­ción es entrenar a nuestros bebés de tal ma­nera que se encuentren siempre satisfechos, y entonces no habrá desorden en la clase. Entonces no habrán quejas. Pero no puede haber nin­guna regla severa y precipitada de que sólo los ni­ños mayores de siete u ocho años puedan ser admitidos y que ningún otro niño pueda ser aceptado. Eso no es posible, y yo no voy a aprobar ninguna regla semejante. Más bien recibiré con gusto al bebé desde el prin­cipio, a fin de que la vibración trascendental pueda entrar en su oído, y desde el comienzo mismo de su vida se purifique. Pero por supuesto que no se puede permitir a los niños que perturben la clase con su llanto, y es responsabilidad de las madres el mante­nerlos cómodos y no perturbar la reunión.
[...] ¿Por qué los padres no deben sentir apego por sus hijos? Eso es natural. Pero nuestro afecto no es sentimen­tal; ofrecemos a nuestros niños la más grande oportunidad de poder ser entrenados desde temprana edad en la conciencia de Kṛṣṇa a fin de garantizar su éxito en esta vida y con seguridad regresar a Dios. Eso es verda­dero afecto, asegurarme de que mi hijo regre­se a Dios; esa es mi verdadera responsabili­dad como padre. Y he visto que el gurukula ofrece esta oportunidad más que ningún otro lugar. Así que pienso que tú eres una chica inteligente, y puedes explicarlo a las demás de esta manera.
Carta a Satyabhāmā-devī dāsī (23 marzo 1973)


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