18. Gotitas de néctar

Gotitas de néctar

 Cuando Śrīla Prabhupāda viajaba en avión sus sirvientes llevaban sus platos de plata y le servían comidas completas. Sus discípulos solían cocinar para sus viajes mucho más de lo que él comía. Una vez Śrīla Prabhupāda pidió el prasāda justo antes de que despegara el avión. Las azafatas estaban haciendo los preparativos para el despegue, pero el sirviente de Śrīla Prabhupāda le trajo su prasāda, que había sido cocinado recientemente en el templo. Prabhupāda estaba sentado solo, impasible; los demás pasajeros lo miraban mientras se abrochaban los cinturones y ponían sus bandejas y asientos en posición vertical. De alguna forma las azafatas no insistieron en que Prabhupāda siguiera las indicaciones, y así continuó comiendo calmadamente mientras que el jet tomaba velocidad sobre la pista. Su sirviente detenía las tazas ansiosamente, mientras Prabhupāda comía su alimento sin la menor advertencia o cuidado por lo que le rodeaba. Solamente cuando el avión estaba ya muy alto en el aire, Prabhupāda terminó de comer. Volviéndose a su sirviente, le dijo: —Está bien, ya te pue­des llevar esto.
Entrevista con Śrutakīrti dāsa


En uno de los festivales internacionales de ISKCON, en Vṛndāvana, Śrīla Prabhupāda rechazó el canto de uno de sus discípulos. Anteriormente el devoto había sido cantante en un grupo de rock, y sus kīrtanas eran muy apre­ciados por algunos de los devotos, especial­mente por los del templo de la ciudad donde él vivía. Pero cuando empezó a conducir el guru‑pūjā en presencia de Prabhupāda con un profe­sionalismo ostentoso, ha­ciendo que la canción sonase como una bala­da de Rock'nroll, esto no le gustó a Prabhupāda. Movió la cabeza e indicó que algún otro devoto dirigiera el canto. El «gran» cantante de kīrtana fue devastado por el rechazo, otra forma de la misericordia de Prabhupāda.
Entrevista con Bahūdak dāsa

Durante un cierto tiempo en Māyāpura, dos mujeres bengalíes estuvieron cocinando un gran banquete de veinticinco preparacio­nes y enviándoselo a Śrīla Prabhupāda a la hora de su comida. Pero él estaba tomando muy poco prasāda.  —Estoy comiendo con los ojos —reía. Entonces des­cribió cómo en el pasado, los aristócratas bengalíes se invitaban unos a otros para las comidas. Uno prepara­ba un enorme y suntuoso banquete, y el otro venía y apreciaba la manera tan agradable en que había sido cocinado y arreglado. El invi­tado simplemente miraba las preparaciones y de­cía: ­
—Oh, muy bien hecho—. Luego los sirvientes se comían el banquete.
Entrevista con Pālikā-devī dāsī


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