Śrīla Prabhupāda era muy bueno para imitar los sonidos de hombres,
animales o máquinas. No lo hacía con burdas manipulaciones guturales (como lo
hacen los imitadores modernos) sino usando sonidos onomatopéyicos y hasta
fonemas sánscritos. Y siempre hacía esto para probar un punto de conciencia de
Kṛṣṇa.
Una vez, en Beverly Hills, Śrīla Prabhupāda hizo una demostración
completa de onomatopeyas. Él estaba solo, escribiendo, cuando su sirviente
entró en el cuarto. Prabhupāda empezó a hablar: —Existen tantos sonidos
materiales. Justamente ahora estaba escuchando, y pude oír la autopista—.
Entonces Prabhupāda imitó a los automóviles. El sonido que hizo dio una
impresión exacta de cómo suenan los autos en la autopista. Podría ser escrito
«guoom guoom», pero realmente ni siquiera imitándolo sería posible volver a
capturar ese sonido, qué decir escribiéndolo. El sonido de los automóviles de
Prabhupāda incluía también una crítica a los esfuerzos ridículos de los
apresurados karmīs en las autopistas.
—Y por el callejón viene el camión de la basura —dijo Prabhupāda.
Entonces hizo otra imitación perfecta de un camión. —También oigo a esos
pájaros —dijo—. Y alguien de por aquí cerca tiene gallos—. Prabhupāda dio
entonces una versión totalmente perfecta del «quiquiriquí».
—Pero un día... —dijo Prabhupāda, y se quedó completamente callado. Toda
esta conversación se estaba llevando a cabo muy de mañana en el cuarto de
Prabhupāda, por lo tanto cuando se quedó en silencio pareció que todo el mundo
había enmudecido. Prabhupāda repitió: —Y entonces un día... —y de repente imitó
la explosión de una bomba.
—Explotará la bomba atómica y todo se habrá acabado.
Entrevista con Nanda‑kumāra dāsa
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