Śrīla Prabhupāda dijo
Sobre el Kīrtana
y la Música
Se puede tocar el armonio durante el bhajana si hay alguien que pueda hacerlo
armoniosamente. Pero no es para el kīrtana
o el ārati.
Carta de 1976
También Pālīkā recuerda que a
Prabhupāda no le gustaba que tocaran el armonio durante los kīrtanas. Su comentario era que
los «arrastraría». Prabhupāda también solía decir que su Guru Mahārāja, Śrīla
Bhaktisiddhānta Sarasvatī Ṭhākura, siempre tocaba karatālas y quería que en el kīrtana se tocaran solamente karatālas y mṛdaṅga. El punto es que demasiada musicalidad a veces puede distraer el canto
del Santo Nombre.
Prabhupāda estaba presente durante un kīrtana realizado por sus discípulos en el templo de Brooklyn
(Nueva York). Para los devotos, la perfección de su canto y de tocar instrumentos
era tocar para el placer personal de Prabhupāda. El devoto que tocaba la mṛdaṅga había estado practicando para
aprender toques más elaborados, y estaba demostrando sus habilidades rápidas y
complicadas en el kīrtana. Pero
Prabhupāda paró la música y le dijo al músico —que se llamaba Dhīra Kṛṣṇa dāsa—
que debía seguir al líder. Entonces comenzó de nuevo el kīrtana, pero aquello volvió a suceder, y de nuevo Prabhupāda paró
el kīrtana y le pidió a la mṛdaṅga
que siguiera al líder.
Entrevista con Viṣṇugadā dāsa
En otra ocasión, en Calcuta, Prabhupāda dijo que «el tambor no debe ser
más fuerte que la voz».
Recordado de memoria por Abhirāma dāsa
En 1966, en la ciudad de Nueva York, un joven llegó con un disco de un
famoso músico de la India
que tocaba la cítara. Tan pronto como comenzó la música, Śrīla Prabhupāda se
empezó a reír.
—¿Le gusta esta música? —preguntó el muchacho.
Śrīla Prabhupāda respondió: —Eso es música para la complacencia de los
sentidos.
El muchacho se sintió herido y dijo: —¿Qué quiere decir? Esto lo tocan
en los templos de la India.
—No —insistió Śrīla Prabhupāda—. Eso es música para la complacencia de
los sentidos, y ese músico simplemente es un comerciante.
Entonces el joven replicó: —Bueno, usted antes también era un
comerciante.
Prabhupāda se rió y aclaró: —Como antes andaba desnudo ¿significa que
ahora tengo que andar desnudo?
—Bueno —dijo el chico—, ¿y si este músico quisiera volverse devoto?
—Oh, sería muy bueno si él quisiera venir —replicó Prabhupāda—. Pero esa
música es para la complacencia de los sentidos.
Entrevista con Umāpati dāsa
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