Śrīla Prabhupāda cuenta
una historia
Durante sus últimos días en Vṛndāvana, Śrīla Prabhupāda solía ser
llevado sobre una silla‑palanquín para subir y bajar las escaleras. Era su
costumbre descansar durante el día en su cama que se encontraba en la
terraza. Un día, al subir del primer piso a la terraza por la estrecha escalera,
Śatadhanya Mahārāja cargaba por los dos mangos la parte posterior del palanquín
de Prabhupāda, y otro devoto cargaba el frente. Tamāla Kṛṣṇa Goswami dirigía el
grupo, y lo seguía Upendra dāsa, llevando la lotā para beber y el cādar
de Prabhupāda. De repente Śrīla Prabhupāda empezó a reírse de manera
incontrolada. Los devotos estaban asombrados pues Śrīla Prabhupāda estaba muy
enfermo y había estado silencioso y serio.
—¿Quieren oír una historia divertida? —preguntó.
—¡Sí, Prabhupāda! —contestaron todos.
—Vayamos arriba. Allí se la contaré.
Mientras Upendra corría para traer su grabadora, los demás llevaron a Śrīla
Prabhupāda a la terraza, lo colocaron sobre su cama y se sentaron a sus pies.
El cuerpo de Śrīla Prabhupāda se encontraba extremadamente delgado por los
meses de ayuno; se recostó pero siguió riéndose.
—Hay un proverbio bengalí —explicó—: Garīb
manuś ca chinga khāi hakta gelo gauḍa jāya—. Sólo el decirlo lo hizo reír
más. Los devotos permanecían perplejos y a la expectativa.
—Ahora les explicaré —dijo Śrīla Prabhupāda—. Garīb manu. Garīb significa ‘pobre’, y manu significa ‘hombre’—. De nuevo Śrīla Prabhupāda soltó una
carcajada, su delicado cuerpo se sacudía y todo su rostro reía.
—Ca chinga khāi —continuó—. Chinga significa
‘saltamontes’. Khāi quiere decir ‘come’. Así que este hombre pobre no
tiene nada para comer excepto algunos saltamontes que encuentra. Garīb manuś ca chinga khāi hakta gelo. Pero
hakta gelo, cuando va a evacuar, gauḍa jāya, monta un gran caballo
blanco.
Prabhupāda rió fuertemente y todos los devotos se quedaron asombrados.
Entonces Prabhupāda se volvió hacia Upendra y le preguntó: —¿Comprendes?
La cara de Upendra se puso roja de incomprensión. Śatadhanya Mahārāja
estaba pensando: «Espero que no me pregunte a mí». Śatadhanya se volvió hacia
Tamāla Kṛṣṇa Mahārāja y susurró: —¿Tamāla, tú entiendes?—. Tamāla Kṛṣṇa
Goswami hizo una señal insegura y dijo: —Sí—. Pero permaneció silencioso.
Prabhupāda dijo: —Sólo vean. Garīb
manu. Él es un hombre pobre que come sólo saltamontes. Pero cuando va a
evacuar, monta un gran caballo blanco.
Cuando Prabhupāda vio que no podían entender, explicó más:
—Similarmente, yo soy un sannyāsī. Un
sannyāsī es un mendigo, un hombre
pobre. Yo soy un hombre pobre y sin embargo cuando tengo que ir a dormir, me
tienen que llevar cuatro hombres en un palanquín.
De esta manera, todos se rieron y disfrutaron de la historia de Prabhupāda,
pero no tanto como él mismo lo hizo.
Entrevista con Śatadhanya Swami
Él pudo proporcionarnos el
bengalí exacto debido a su destreza en el idioma. Una vez, en presencia de Śrīla
Prabhupāda y de algunos invitados, incluyendo un hermano espiritual de Prabhupāda,
Akiñcana Kṛṣṇadāsa Bābājī, Śatadhanya Swami pudo complacer a Śrīla Prabhupāda
con su uso del bengalí. Śatadhanya Mahārāja le dijo en bengalí a uno de los
invitados: —¿No podría irse ya? Es que Guru Mahārāja necesita un poco de
descanso. Él no está muy bien. Por favor vuelva el próximo martes—. Al oír a Śatadhanya
Mahārāja hablar en bengalí, Akiñcana Kṛṣṇadāsa Bābājī (quien siempre se estaba
riendo), casi rodó por el suelo en un ataque de risa incontrolable. Le dio a Prabhupāda
una palmada en la espalda, y Prabhupāda también empezó a reír. Entonces
Prabhupāda se volvió hacia Kṛṣṇadāsa Bābājī y exclamó: ¡kubh bol bāṅglā jāne! [‘¡habla
muy bien el bengalí!’]. Después de esto, Prabhupāda y su hermano espiritual
siguieron riendo.
Qu'e maravi y misericordioso Pasatiempos poder leerlos y recordar a nuestro Gran Maestro de Maestros. mil gracias Prabhu Caitanya querido
ResponderEliminarHare Krishna. Muchas gracias a usted por aceptar que podamos compartir estos hermosos pasatiempos y apreciar este pequeño aporte. Hari bol
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