39. Más historias cortas: Los en­vidiosos siempre encontrarán alguna falta

Śrīla Prabhupāda decía que muchos de sus hermanos espirituales estaban envi­diosos de su éxito en la prédica. No le gusta­ba señalar esto, pero quería que sus discípu­los estuviesen conscientes de la índole de las crí­ticas que sus hermanos espirituales harían para empequeñecer el trabajo de ISKCON. —No pueden hacer nada por sí mismos —dijo Śrīla Prabhupāda—, y si alguien hace al­go, lo envidian. Esa es la naturaleza de un hombre de tercera clase.
Para ilustrar, Śrīla Prabhupāda contó una historia que había oído de su maestro espiritual. Un hombre le informó a un amigo que un ex-compañero había sido nom­brado juez de la corte suprema.
—Ah, no —replicó el amigo—. Eso no puede ser verdad.
—Sí, lo han nombrado juez —confirmó el hombre—. Lo he visto sentado en el tribunal.
El amigo replicó: —Bueno, puede ser... Pero yo no creo que reciba salario.
Prabhupāda dijo que los en­vidiosos siempre encontrarán alguna falta. Incluso si no hay ninguna falta, fabricarán alguna. Esa es su ocupación. Prabhupāda decía que muchas personas esta­ban envidiosas de su Guru Mahārāja, pero Bhaktisiddhānta Sarasvatī no se preocupaba por ellos.
Extraído de una carta a Yamunā-devī dāsī (18 noviembre 1970)

En la India, Śrīla Prabhupāda siempre ha­bía viajado en automóviles ruinosos, y a menudo tenía que pedir autos prestados. Pero a me­dida que su movimiento crecía, sentía que eso no era correcto. —Estamos gastando montones de rupias para acabar esta cons­trucción en Bombay —dijo—, pero cada vez que llego al aeropuerto, me van a buscar en un auto prestado. ¿Qué clase de impresión tienen los miembros vitalicios, de que siempre nos acercamos a ellos para pedirles prestado su automóvil?
Por años, el carro fue discutido y propuesto, pero nunca apareció. Más tarde, Prabhupāda recibió una carta de un discípu­lo en Europa quien le dijo que compraría un Mercedes para Prabhupāda y lo conduciría desde Alemania hasta la India. Prabhupāda le en­vió un telegrama: «Sí, compra Mercedes».
En ese tiempo, los devotos que se encontra­ban en la India con Prabhupāda dijeron que ha­bían oído que el devoto iba a comprar el automóvil con dinero del Fondo Editorial Bhaktivedanta (BBT), o sea, con dinero de Prabhupāda. Śrīla Prabhupāda dijo que eso le recordaba una historia famosa. Un guru fue a la casa de un discípulo pobre y fue recibido con gran opulencia. Cuando preguntó cómo era posible que su dis­cípulo pudiera permitirse tan agradables arre­glos, el discípulo le dijo: —Gurudeva, todo le pertenece a usted—. Más tarde el guru vio que su cuenta bancaria se había vaciado, y pudo comprender que el discípulo había gastado todo el dinero de su guru.
Prabhupāda dio la orden de que su discí­pulo no comprara ningún automóvil para él con dinero del BBT para luego afir­mar «Prabhupāda, todo le pertenece a usted».
Extraído de una carta a Puṣta Kṛṣṇa dāsa (10 enero 1976)


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