Śrīla Prabhupāda decía que muchos de sus hermanos espirituales estaban
envidiosos de su éxito en la prédica. No le gustaba señalar esto, pero quería
que sus discípulos estuviesen conscientes de la índole de las críticas que
sus hermanos espirituales harían para empequeñecer el trabajo de ISKCON. —No
pueden hacer nada por sí mismos —dijo Śrīla Prabhupāda—, y si alguien hace algo,
lo envidian. Esa es la naturaleza de un hombre de tercera clase.
Para ilustrar, Śrīla Prabhupāda contó una historia que había oído de su
maestro espiritual. Un hombre le informó a un amigo que un ex-compañero había
sido nombrado juez de la corte suprema.
—Ah, no —replicó el amigo—. Eso no puede ser verdad.
—Sí, lo han nombrado juez —confirmó el hombre—. Lo he visto sentado en
el tribunal.
El amigo replicó: —Bueno, puede ser... Pero yo no creo que reciba
salario.
Prabhupāda dijo que los envidiosos siempre encontrarán alguna falta.
Incluso si no hay ninguna falta, fabricarán alguna. Esa es su ocupación.
Prabhupāda decía que muchas personas estaban envidiosas de su Guru Mahārāja,
pero Bhaktisiddhānta Sarasvatī no se preocupaba por ellos.
Extraído de una carta a Yamunā-devī dāsī (18 noviembre 1970)
En la India ,
Śrīla Prabhupāda siempre había viajado en automóviles ruinosos, y a menudo
tenía que pedir autos prestados. Pero a medida que su movimiento crecía,
sentía que eso no era correcto. —Estamos gastando montones de rupias para
acabar esta construcción en Bombay —dijo—, pero cada vez que llego al
aeropuerto, me van a buscar en un auto prestado. ¿Qué clase de impresión tienen
los miembros vitalicios, de que siempre nos acercamos a ellos para pedirles
prestado su automóvil?
Por años, el carro fue discutido y propuesto, pero nunca apareció. Más
tarde, Prabhupāda recibió una carta de un discípulo en Europa quien le dijo
que compraría un Mercedes para Prabhupāda y lo conduciría desde Alemania hasta
la India. Prabhupāda le envió un telegrama: «Sí, compra Mercedes».
En ese tiempo, los devotos que se encontraban en la India con Prabhupāda dijeron
que habían oído que el devoto iba a comprar el automóvil con dinero del Fondo
Editorial Bhaktivedanta (BBT), o sea, con dinero de Prabhupāda. Śrīla Prabhupāda
dijo que eso le recordaba una historia famosa. Un guru fue a la casa de un discípulo pobre y fue recibido con gran
opulencia. Cuando preguntó cómo era posible que su discípulo pudiera
permitirse tan agradables arreglos, el discípulo le dijo: —Gurudeva, todo le
pertenece a usted—. Más tarde el guru
vio que su cuenta bancaria se había vaciado, y pudo comprender que el discípulo
había gastado todo el dinero de su guru.
Prabhupāda dio la orden de que su discípulo no comprara ningún
automóvil para él con dinero del BBT para luego afirmar «Prabhupāda, todo le
pertenece a usted».
Extraído de una carta a Puṣta Kṛṣṇa dāsa (10 enero 1976)
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