60. Purīs calientes de Māyāpur; El mahā-prasādam no se calienta



Śrīla Prabhupāda Uvāca 60
16-18 de marzo de 1973, ISKCON Māyāpur

Mientras permaneció en la pequeña instalación al frente de la propiedad, Śrīla Prabhupāda a veces salía a caminar y observaba a sus discípulos tomando prasādam. En ese momento, el área donde ellos tomaban prasādam estaba justo detrás de las habitaciones de Śrīla Prabhupāda. En estas condiciones, él consideraba a sus discípulos como pioneros, que sobrellevaban grandes austeridades para ayudarlo en su misión. En muchos sitios de la India, las condiciones en el mejor de los casos, eran favorables. Śrīla Prabhupāda estaba ansioso por tener construidas las sedes para los invitados, de modo que sus discípulos tuvieran viviendas adecuadas.

Los devotos usaban una pequeña estufa a querosene para cocinar los purīs. No había una cocina instalada permanente. Cocinaban afuera, cerca del área donde tomaban prasādam. La cocción proseguía mientras los devotos comían, de modo que les llevaban purīs continuamente. En ese momento particular del día, los árboles datileros eran golpeados para extraer la savia, y se cocinaba con un increíble sabor. Un día Śrīla Prabhupāda salió de su habitación para usar la rudimentaria instalación sanitaria. Como ya mencioné, él siempre se complacía en observar a sus discípulos honrando el prasādam. El proceso era muy maravilloso. Él salía y por supuesto todos ofrecían sus reverencias. Él diría, “Sigan, tomen prasādam”. El intercambio entre Śrīla Prabhupāda y sus discípulos era muy dulce. Él miraba hacia abajo y observaba la combinación de purīs calientes y jugo datilero, diciendo, “Oh, muy buena combinación”.

Más tarde, en su habitación, me diría, “Esa no es una práctica muy buena... que los devotos tengan los purīs hechos en el sitio, calientes, así. Este no es nuestro sistema. Ustedes limítense a tomar prasādam. Somos acaso tan elevados, tan eminentes. Esos devotos han estado tomando purīs calientes, uno tras otro, eso no es bueno, debe cesar”. Más tarde, ese mismo día, le comuniqué el mensaje a uno de los administradores del templo, para que los deseos de Śrīla Prabhupāda fueran cumplidos.

Septiembre de 1973
ISKCON Bombay -Playa Juhu

Esta mañana al llegar, Śrīla Prabhupāda me informó que tomaría el mahā de la Deidad en su almuerzo. Esa orden me puso feliz porque facilitaría las cosas, pues no había llegado nadie para preparar su almuerzo. Cuando llegó el mahā del templo, comencé a calentarlo. Mientras estaba en la cocina, entró un devoto y dijo, 'Śrīla Prabhupāda quiere el prasādam ahora'. Le dije que lo estaba calentando y que se lo llevaría enseguida. Volvieron en un soplo, “Śrīla Prabhupāda está enojado, lo quiere ahora”. Entré temblando en la habitación y ofrecí reverencias. Antes de poder levantar mi cabeza estaba gritando. “Porqué estás calentando el prasādam. El mahā-prasādam no se calienta, lo quiero ahora. No lo quería calentado. Simplemente quería el prasādam. Tráelo ahora”.

Estar con Śrīla Prabhupāda nunca era aburrido. Muy a menudo los devotos me han dicho que debió haber sido muy difícil ser el sirviente personal de Śrīla Prabhupāda. Ciertamente que lo era. Pienso que debe haber sido mucho más difícil para Śrīla Prabhupāda el tenerme como su sirviente personal. Aún no tengo idea de cuántas tonterías habrá tenido que tolerar debido a mis malos hábitos. Tenía mucha paciencia y tolerancia. Había tantas cosas que aprender de él. A menudo decía, “La conciencia de Kṛṣṇa es sentido común”. Śrīla Prabhupāda, por favor bendígame con sentido común, para que pueda comenzar a servirlo conforme a sus deseos.


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