61. ¿Por qué no estás cantando?”



Śrīla Prabhupāda Uvāca 61
Mayo de 1973, Los Ángeles, California
ISKCON, Nueva Dvārakā

Eran alrededor de las 5.00 a.m. Yo estaba tirado en mi estera en los cuartos de los sirvientes, medio dormido, cuando oí sonar la campanilla. Me dirigí hacia la sala de estar de Śrīla Prabhupāda. Traté de componerme; realizaba que aún estaba afectado por la modalidad de la ignorancia. Fui a la habitación de Śrīla Prabhupāda y ofrecí reverencias. Me incorporé con la esperanza que no notara mi estado. Luego realicé que tenía un aspecto peor. Él era más consciente de mi ilusión que yo mismo. La declaración quizás parezca elemental, pero yo siempre había pensado que Śrīla Prabhupāda tenía muchas otras cosas en que interesarse antes que en mi Conciencia de Kṛṣṇa.-

Me miró con interés y dijo, “¿Por qué no estás cantando?”. ¡Guau! Me tomó por sorpresa. Śrīla Prabhupāda era muy experto en intimar a una persona cuando ésta no se lo esperaba. No sabía qué decir, de modo que dije algo estúpido, pero honesto. “Śrīla Prabhupāda, no estoy en un buen momento. Me resulta duro estar sentado en mi habitación todo el día cantando y leyendo”. Su respuesta fue extraordinaria. Dijo, “Yo estoy sentado aquí todo el día también. Simplemente salgo una vez al día a caminar. El resto del día me limito a sentarme aquí y no tengo ningún problema”. Śrīla Prabhupāda lo dijo con el rostro tenso. Respondí rápidamente, “Yo no soy como Ud., Śrīla Prabhupāda. Ud. es como Haridāsa Thakura. Yo no soy muy trascendental. Tengo que mantenerme ocupado. Quizás podría tipear algo para Ud.” Aún mirándome con seriedad, dijo, “¿Qué vamos a hacer?”. Yo contesté, “No lo sé, Śrīla Prabhupāda”. Él dijo, “Llama a Karandhara”.

Como mencionara en relatos anteriores, Śrīla Prabhupāda solía decir estas palabras a menudo cuando estaba en Los Ángeles, porque Karandhara era muy activo, siempre estaba serio. Entramos juntos a la habitación de Śrīla Prabhupāda y ofrecimos reverencias. Śrīla Prabhupāda dijo a Karandhara, “Śrutakīrti está teniendo problemas. No está cantando. Dice que necesita hacer algo para mantenerse ocupado. ¿Qué hacemos?”. Karandhara, con la mirada intensa como siempre, dijo, “Tenemos que conseguirle alguna ocupación, de alguna manera”.

Śrīla Prabhupāda dijo, “¡Sí! Tengo una idea. Yo estoy traduciendo el Śrīmad-Bhāgavatam aquí en esta habitación. De modo que comenzaré a traducir el Caitanya-caritāmrta en el estudio. En esta sala tengo mi dictáfono y haré el Śrīmad-Bhāgavatam, y en mi estudio pueden poner otra máquina de dictáfono y puedo empezar a traducir el Caitanya-caritāmṛta. Mirándome, me dijo, “Y tú puedes tipearlo. Puedes preparar todo para la edición. De esa forma te mantendré ocupado a tí y a Pradyumna con la edición. ¿De acuerdo?”. Respondí con entusiasmo, “Sí, Śrīla Prabhupāda. Gracias”. Karandhara y yo dispusimos el estudio para que Śrīla Prabhupāda pudiera iniciar su obra del Caitanya-caritāmṛta-.

A la mañana siguiente, temprano, cuando Śrīla Prabhupāda fue al cuarto de baño para aprestarse para su paseo matinal, fui a su estudio y saqué la cinta de la máquina. Había traducido un poco. Ese día canté mis rondas con entusiasmo, sabiendo que mi Maestro Espiritual me amaba más de lo que podía imaginar. Posteriormente, transcribí la cinta en el día. No había mucho en ella, mas él seguía aún haciendo el Śrīmad-Bhāgavatam en la otra habitación, de modo que era comprensible.

Al día siguiente, cuando entré al estudio para tomar la cinta, observé que no había sido usada. No tradujo nada más del Caitanya-caritāmṛta durante todo el tiempo que nos quedamos en Los Ángeles, pero eso no me importó. Había encendido en mí una chispita por preocuparse tanto.

Seis meses después, en el estudio en Los Ángeles, donde hizo la primera hora de traducción del Śrī Caitanya-caritāmṛta, me dijo, “Debes volverte experto en el Caitanya-caritāmṛta y dar clases sobre él. Yo asentí y sonreí, ignorando de qué manera podría eso suceder. Śrīla Prabhupāda, sé que por su misericordia sin causa todas las cosas son posibles. Si yo pudiera desarrollar por Ud. una pizca del amor que Ud. me demostró, mi vida sería un éxito. Ruego por que en alguna vida distante yo sea capaz de entender mi relación con Ud. 

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