71. Hmm, quizás yo también tengo ictericia



Śrīla Prabhupāda Uvāca 71
Diciembre de 1972; Ahmadabad, India

Hoy, en la clase de Śrīla Prabhupāda, me sentí muy débil y febril. Mi cabeza se caía y cabeceaba. Śrīla Prabhupāda detuvo su clase y me dijo, “¡Despierta! Si necesitas dormir, ve a dormir”. Traté lo mejor que pude de mantener la espalda derecha y la cabeza en alto por el resto de la clase. No recuerdo haberme sentido jamás tan enfermo. Luego le dije a Śrīla Prabhupāda, “No entiendo lo que pasó. Nunca me enfermo. No me he enfermado por años”. Śrīla Prabhupāda me miró sorprendido y dijo, “Realmente, eso es muy maravilloso. Estar enfermo y tener problemas, es la condición natural de la vida. Tú eres muy afortunado”.

Dos semanas después, mientras caminábamos a la mañana por Bombay, y el sol brillaba, Śyāmasundara prabhu me miró a los ojos y comenzó a reír. Dijo, “Chico, tus ojos están amarillos. Tienes ictericia”. Finalmente mi debilidad de las dos últimas semanas tenía sentido. Ahora, diagnosticado, me sentí peor. Me arrastré hasta la habitación de Śrīla Prabhupāda y ofrecí reverencias. Dije alarmado, “Śrīla Prabhupāda, tengo ictericia”. Me miró sorprendido y dijo, “Oh, ¿cuáles son los síntomas?”. Dije con voz preocupada, “Mi orina es oscura, no tengo apetito y me siento muy débil”. Me miró sonriendo levemente y dijo, “Hmm, quizás yo también tengo ictericia”. Yo continué, “Tamāla Kṛṣṇa Mahārāja y otros devotos sugirieron que quizás no debía cocinar para usted porque la ictericia es altamente contagiosa. Hasta tocar sus platos y preparar la comida sería peligroso”. Śrīla Prabhupāda dijo con leve emoción. “No, está bien. Ve a cocinar. No hay nada de que preocuparse”. Debido a la bendición de Śrīla Prabhupāda pude continuar con mis deberes, yendo al paseo de la mañana, dando masajes y cocinando durante toda mi enfermedad.

Noviembre de 1973
India; ISKCON Nueva Delhi

Ha pasado un año desde que tuve ictericia. Ahora era el secretario de Śrīla Prabhupāda, Brahmananda Mahārāja quien la tenía. Era una noticia digna de referirse de modo que decidí contárselo a Śrīla Prabhupāda. Yendo a su habitación y ofreciendo reverencias, dije con inocencia, “Śrīla Prabhupāda, Brahmananda tiene ictericia”. Śrīla Prabhupāda me miró sorprendido y dijo, “Oh, ¿cuáles son los síntomas?”. Sin recordar que ya había hecho eso antes, repetí la lista de síntomas. Lo han adivinado. Śrīla Prabhupāda dijo, “Hmm, quizás yo también tengo ictericia”.

Finalmente, luego que Śrīla Prabhupāda repitiera esa expresión, lo comprendí. Solo me tomó un año. Śrīla Prabhupāda era increíble. Él recordaba todo lo que había pasado con sus discípulos y podía evocarlo en cualquier momento. Yo era tan duro que el chiste pasó por encima mio. La potencia Yogamāyā era muy fuerte a su alrededor. Yo no tenía idea de con quién estaba. Qué buena fortuna, caso contrario, no hubiera podido hacer mi servicio debido al respeto y el temor. Especulé que Śrīla Prabhupāda estaba diciendo que él había tenido todos los síntomas de la enfermedad que yo describía, pero al ser trascendental, el continuó con su vida devocional, pese a tantos problemas penosos.

Śrīla Prabhupāda no tuvo ictericia, pero sí experimentó los síntomas. Me enseñó que cuando envejecemos, como estoy comenzando a experimentar, el cuerpo está lleno de dolores y achaques, y el nivel de energía disminuye. Śrīla Prabhupāda explicó que no era muy sorprendente que nos sintiéramos débiles, enfermos o nos doliera algo. Sin embargo, lo asombroso era que no nos sintiéramos enfermos. Él nos demostró la forma de no ser afectados por las limitaciones del cuerpo.


Cuando estuviste en cuarentena, debido a que no tuviste un ataque de fiebre amarilla, dijiste, “¿Qué opinan? ¿Será que tengo la fiebre amarilla? Cualquiera que esté cien por ciento ocupado en el servicio de Kṛṣṇa, no da cabida a la contaminación material. No puede ser infectado con ninguna enfermedad”. Ruego por ser infectado con amor por usted, Śrīla Prabhupāda, para poder emplearme cien por ciento en su servicio devocional. Por favor, concédame un atisbo de su posición trascendental. 

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