Śrīla Prabhupāda Uvāca 73
Mayo
de 1972; Los Angeles, Ca. EUA.;
Nueva
Dvārakā
Kīrtanānanda
Mahārāja y yo estuvimos aquí en Nueva Dvārakā por una semana durante la cual
recibimos iniciación Brahmínica de Śrīla Prabhupāda. Aunque yo no era aún el
sirviente personal de Śrīla Prabhupāda, observo retrospectivamente que fui
iniciado en ese temperamento. Durante toda la semana, toda vez que veía a Nanda
Kumāra prabhu, contemplaba su gran fortuna y lo miraba sin poder controlarme. Él
me devolvía la mirada y sonreía amablemente. Debe haber pensado que yo era muy
extraño.
Una mañana, durante la clase de Śrīla Prabhupāda, él notó que su sirviente no estaba al lado de su vyāsāsana y preguntó, “¿Dónde está Nanda Kumāra?”. Alguien dijo, “En la cocina”. Su Divina Gracia continuó con la clase del Bhāgavatam. Después de la clase de Śrīla Prabhupāda, Kīrtanānanda Mahārāja y yo estábamos en las habitaciones de Su Divina Gracia. La atmósfera era tensa. Śrīla Prabhupāda se hallaba visiblemente descontento. Sabía que algo andaba mal. Cuando Nanda Kumāra trajo el desayuno prasādam, Śrīla Prabhupāda preguntó enojado, “¿Dónde estabas durante mi clase?”. Su sirviente respondió, “Estaba preparando su desayuno”. Śrīla Prabhupāda alzó más la voz, “¿Por qué? Cualquiera puede preparar el desayuno. Tú debes estar allí, en la clase”. Nanda Kumāra brindó otro motivo. Śrīla Prabhupāda no se calmó y dijo, “Debes estar allí. No hay motivo para estar ausente”.
Yo estaba
sentado en la sala, conmovido. Era mi primera experiencia visual y auditiva de
mi maestro espiritual en un humor enojado. Era duro observar la forma en que su
sirviente trataba de defenderse. Me dije a mí mismo, “Le está retrucando a Śrīla
Prabhupāda. Eso no es bueno”. Fue una buena lección para mí. Me hice el
propósito de que nunca lo haría si Śrīla Prabhupāda me retaba. Cuando Śrīla Prabhupāda
dejó Nueva Dvārakā en Agosto de 1972, Nanda Kumāra se quedó y se casó. Śrīla Prabhupāda
trató de conservarlo como su sirviente y dijo que Nanda Kumāra era experto.
En
Setiembre de 1973, yo era el sirviente personal de Śrīla Prabhupāda en Nueva Dvārakā.-
Me dijo que preparara sus comidas en mis habitaciones, no en la cocina del
templo porque allí había demasiadas mujeres. Dieciséis meses después, la
historia se repitió. Śrīla Prabhupāda partió de Nueva Dvārakā y yo me quedé
para casarme con una chica que conocí en la cocina del templo. Śrīla Prabhupāda
conocía todas las debilidades de sus discípulos y nos animaba
misericordiosamente a elevarnos por encima de las mismas. Cuando fallábamos, Śrīla
Prabhupāda continuaba aceptando compasivamente nuestro servicio en el nivel en
que podíamos ejecutarlo. En muchas ocasiones expresó que la causa de nuestro
desasosiego era nuestra juventud.
Noviembre
de 1974; Bombay
Sede:
ISKCON Juhu
Cuando Śrīla
Prabhupāda salió de su piso en Juhu, para su paseo matinal, todos los devotos
reunidos cantaron, “¡Jaya, Śrīla Prabhupāda!” y ofrecieron reverencias. Todos,
excepto un brahmacārī que se quedó
parado con las manos unidas. Śrīla Prabhupāda comenzó a caminar con su bastón
en la mano. Mirando hacia adelante, dijo, “Ese es el comienzo de su caída”.
Muchas veces expresó que este proceso era “el filo de la navaja”. En ese
momento explicó cuán afilada es esa navaja. El devoto no era consciente de sus
acciones. No podemos ser Conscientes de Kṛṣṇa si no somos conscientes. Śrīla
Prabhupāda, imploro su misericordia, para poder ser siempre consciente de usted
y su servicio al Señor Supremo.
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