Acepten estos principios de vida: no comer carne, no tomar drogas ni
alcohol y no tener relaciones sexuales ilícitas, y no habrá cáncer. Aquellos
que siguen estrictamente estos principios nunca padecerán de cáncer ni de
ninguna otra enfermedad similar. Yo, por ejemplo, he estado viviendo en este
país durante los últimos ocho años. ¿Cuántas veces he ido a ver al médico? Sólo
la vez que tuve el infarto. Eso fue más serio, fue distinto. Aparte de eso,
¿cuántas veces he ido? Yo no pago facturas de médicos.
De modo que si llevamos una vida higiénica y regulada, no hay
posibilidad de contraer el cáncer o cualquier otra enfermedad. La enfermedad
surge cuando violamos las leyes de la naturaleza. Una de las causas del cáncer
son los métodos anticonceptivos. Pueden investigarlo. De modo que por una parte
descubren los métodos anticonceptivos, las sustancias químicas anticonceptivas,
y por otra investigan la enfermedad del cáncer. Y también dicen que el tabaco
es una de las causas. ¿Por qué entonces no dejan de fumar y abandonan el sexo
ilícito y los métodos anticonceptivos?
Paseo de la mañana, Los Ángeles (4 mayo 1973)
Absurdamente dicen «la lucha por la existencia», «la supervivencia del
más capacitado». Pero ¿quién está más capacitado? No lo saben. Capacitado
significa que uno no volverá a tomar un cuerpo material. Ese sí está
capacitado. Porque en cuanto obtienes un cuerpo material: nūnaṁ pramattaḥ kurute vikarma...
Paseo de la mañana, Hyderabad (23 agosto 1976).
[La
traducción del verso es la siguiente: «Cuando una persona considera que la
finalidad de la vida es complacer los sentidos, busca como un loco la vida
materialista y se ocupa en toda clase de actividades pecaminosas. Ignora que a
causa de sus pecados ha recibido un cuerpo que —aunque temporal— es la causa
de su sufrimiento. En realidad la entidad viviente no debería tener un cuerpo
material, pero se le ha concedido para que pueda complacer los sentidos. Por lo
tanto no me parece digno de una persona inteligente volverse a enredar en las
actividades de complacencia sensorial, que son la causa de que reciba un cuerpo
material tras otro, eternamente» (Bhāg. 5.5.4, Mahārāja Åṣabhadeva a Sus hijos).
(N. del C.)]
En cuanto a tu salud, Hawai
tiene muy buen clima para la salud. Puedes bañarte en el mar y así mantener tu
salud en buen estado; y para comer: dāl (especialmente
urad-dāl), un poco de queso, maníes y
verduras, sobre todo hojas de calabaza.
Carta a Sudāmā dāsa (10 diciembre 1973)
Lamento oír que en la
actualidad no estás bien de salud. Lo mejor es que descanses por un tiempo
hasta que te sientas más fuerte. Cuando J. se sentía muy débil, le aconsejé que
descansara por completo hasta que estuviera más fuerte y luego le dije que
fuera a un grupo de saṅkīrtana. Así
que puedes seguir el mismo tratamiento descansando tanto como creas necesario,
y cuando te encuentres bien vuelve a reanudar tus actividades.
Carta a Madana-mohana dāsa (23 julio 1969)
Para tu dolor de muelas,
puedes lavarte los dientes con una mezcla de sal común y suficiente aceite de
mostaza como para formar una pasta. Lávate los dientes con esta pasta,
especialmente la parte dolorida. Haz gárgaras con agua caliente y mantén
siempre algún clavo de olor en la boca. Creo que esto te curará. No será
necesario que te extraigan ninguna muela.
Carta a Kīrtanānanda Swami (14 febrero 1969)
Con respecto a tu ayuno, si
estás enfermo ésa es la mejor medicina. A las enfermedades y a los huéspedes no
deseados, si no les das comida, se van.
Carta a Revatīnandana dāsa (16 noviembre 1975)
Durante uno
de sus paseos de la mañana en Denver (EE.UU.) el 1 de julio de 1975, los
devotos le preguntaron a Prabhupāda sobre el ayuno. Dieron el ejemplo de que
uno de los discípulos de Prabhupāda había estado leyendo libros sobre salud que
estaban fuera de la conciencia de Kṛṣṇa y que había comenzado un ayuno de
treinta días. Ello había sido el motivo, según algunos devotos, de que cambiara
su conciencia de Kṛṣṇa y dejara el movimiento.
—Si uno
puede ayunar, eso es tapasya —respondió Prabhupāda—. Pero no debe ser
artificial. Igual que Raghunātha dāsa Gosvāmī. Él ayunaba, pero eso no era
simplemente ayuno. La gente que ayuna artificialmente se debilita y no puede
trabajar. No hay necesidad de eso. Si ayunas y no te debilitas, eso sí está
recomendado; pero si después de ayunar no puedes hacer servicio, ¿qué sentido
tiene el ayuno? Raghunātha Gosvāmī ayunaba, pero se bañaba tres veces al día y
ofrecía reverencias cientos de veces. Sus actividades normales no se
detuvieron, y día por medio tomaba una pequeña cantidad de suero de leche.
Nosotros no podemos imitarle. Tenemos que trabajar.
¡Cuantas cosas debemos aprender!. ¡Gracias por compartir!. MMVD
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