24. Acerca del matrimonio



En este lugar, Nueva Vṛndāvana, la labor de las mujeres consistirá en ocuparse de los niños, cocinar, limpiar y hacer mantequilla. Y las que sepan escribir a máquina también pueden hacerlo. Eso es todo en cuanto a las mujeres. Ningún otro trabajo pesado. Y para los hombres, trabajo duro en el campo: ocuparse de las vacas y de los otros animales, recolectar la leña, construir los edificios y colaborar en este sentido. Las jóvenes que están aquí deberán aprender a preparar buen prasāda, de manera que los hombres tengan siempre su prasāda listo. Éste es su deber. Deberán tener a tiempo el desayuno, la comida, el prasāda. Trabajarán duro. Y la elaboración de la mantequilla es para las mujeres. Eso mantendrá vuestra salud. Madre Yaśodā, la madre de Kṛṣṇa, era muy elevada. Materialmente tenía también dinero y multitud de sirvientes, y aun así disfrutaba haciendo mantequilla.
Conferencia en Nueva Vṛndāvana

Pālikā-devī dāsī le preguntó a Prabhupāda sobre el significado del matrimonio en la conciencia de Kṛṣṇa. Prabhupāda la miró y le dijo: —En la conciencia de Kṛṣṇa no existe el matrimonio. Todos son esposas de Kṛṣṇa; para Él todo el mundo es femenino. Kṛṣṇa es el masculino. De modo que el matrimonio no existe.
Entrevista con Pālikā-devī dāsī

No tengo ninguna objeción en cuanto al matrimonio, pero para que pueda ser bendecido con un sacrificio de fuego, pienso que si la pareja no va a permanecer unida, no tiene sentido. Pero si pueden mantenerse unidos durante un año, entonces puede haber sacrificio de fuego. No es bueno cambiar de marido tres veces al mes.
Carta a Oṁkāra dāsī (2 septiembre 1975)

Prabhupāda citaba algunas veces al poeta Tulasī dāsa hablando sobre cuatro cosas que pueden ser golpeadas. Se puede golpear una mṛdaṅga, un perro, un śūdra o una mujer. Al mencionar esto en una ocasión, se rió volviéndose hacia su discípulo Nara-Nārāyaṇa. —Nara-Nārāyaṇa entiende muy bien este principio —dijo Prabhupāda, y todos los devotos también rieron. Pero entonces Prabhupāda se puso serio y dirigiéndose a Nara-Nārāyaṇa le dijo: —Pero no lo hagas. La cita se refiere a mujeres ordinarias. Estas son devotas.
Entrevista con Dīnadayādrī-devī dāsī

En relación con esta frase de que las devotas no deben ser golpeadas, Śrīla Prabhupāda también mencionó en distintas ocasiones que las peleas entre hombre y mujer no deben ser tomadas en serio. En América —dijo— cada vez que surge una gran disputa, inmediatamente sobreviene el divorcio. Sin embargo en la India las promesas del matrimonio se toman en serio y por ello las inevitables diferencias entre marido y mujer nunca son causa de ruptura de las familias. En los ślokas de Cāṇakya Paṇḍita, la pelea entre marido y mujer se toma como un asunto que hace mucho ruido pero que no tiene consecuencias graves. Prabhupāda citaba también a Tulasī dāsa, quien tuvo una amarga experiencia con su propia mujer, que le fue infiel. Sin embargo, una de las frases de Tulasī dāsa era que una mujer puede ser una gran tigresa, pero también una diosa de la fortuna. En los pueblos hindúes, la entrada de un tigre en una casa es uno de los hechos más terroríficos imaginables, y sin embargo según Tulasī dāsa todos los hombres necios tienen a una tigresa en casa. La mujer puede ser comparada a la tigresa porque chupa la sangre del marido quitándole el semen, que está hecho de muchas gotas de sangre. Pero la misma mujer, si se vuelve consciente de Kṛṣṇa, puede ser como la presencia de Lakṣmī-devī en la casa del gṛhastha.

En una ocasión, un devoto contó a Prabhupāda una historia sobre Mīrabāi. Según la leyenda, Mīrabāi quiso conocer a Śrīla Jīva Gosvāmī, pero él envió el siguiente mensaje de vuelta: «Yo soy un sannyāsī y usted es una mujer, de modo que no podemos vernos». Entonces, según la historia, Mīrabāi mandó otro mensaje a Jīva Gosvāmī que decía: «Creía que el Señor Kṛṣṇa era el único varón en Vṛndāvana y que todos los demás eran hembras». Dicen que cuando Jīva Gosvāmī leyó esta respuesta, parece ser que aceptó verla. Pero cuando Prabhupāda escuchó el relato, dijo que probablemente no era cierto, porque en nuestra línea los sannyāsīs no se niegan a ver a las madres.
Entrevista con Girirāja Swami

En una de sus visitas a Boston presentaron a Prabhupāda a una joven hindú que se había venido a vivir al templo. Había estado casada con un hombre que no se interesaba en absoluto por la conciencia de Kṛṣṇa y que la maltrataba de muchas maneras. De modo que —con el permiso del hombre— ella había dejado su hogar y vivía ahora en el āśrama con las devotas. Prabhupāda lo aprobó, pero dijo: —Solamente tienes un defecto.

La joven preguntó: —¿Cuál es?

Prabhupāda dijo: —Que no tienes marido; y no es bueno que una mujer no tenga marido. Debes encontrar uno y entonces serás perfecta. Cuando una mujer sigue a su marido, entonces es perfecta.

Entrevista con Balavanta dāsa Adhikārī

1 comentario:

  1. ¡Uy, que de cosas tan interesantes!. ¡Gracias por compartir!. MVD

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