En este lugar, Nueva Vṛndāvana,
la labor de las mujeres consistirá en ocuparse de los niños, cocinar, limpiar y
hacer mantequilla. Y las que sepan escribir a máquina también pueden hacerlo.
Eso es todo en cuanto a las mujeres. Ningún otro trabajo pesado. Y para los
hombres, trabajo duro en el campo: ocuparse de las vacas y de los otros animales,
recolectar la leña, construir los edificios y colaborar en este sentido. Las
jóvenes que están aquí deberán aprender a preparar buen prasāda, de manera que los hombres tengan siempre su prasāda listo. Éste es su deber. Deberán
tener a tiempo el desayuno, la comida, el prasāda.
Trabajarán duro. Y la elaboración de la mantequilla es para las mujeres. Eso
mantendrá vuestra salud. Madre Yaśodā, la madre de Kṛṣṇa, era muy elevada.
Materialmente tenía también dinero y multitud de sirvientes, y aun así
disfrutaba haciendo mantequilla.
Conferencia en Nueva Vṛndāvana
Pālikā-devī dāsī le preguntó a Prabhupāda sobre el significado del
matrimonio en la conciencia de Kṛṣṇa. Prabhupāda la miró y le dijo: —En la
conciencia de Kṛṣṇa no existe el matrimonio. Todos son esposas de Kṛṣṇa; para
Él todo el mundo es femenino. Kṛṣṇa es el masculino. De modo que el matrimonio
no existe.
Entrevista con Pālikā-devī dāsī
No tengo ninguna objeción en
cuanto al matrimonio, pero para que pueda ser bendecido con un sacrificio de
fuego, pienso que si la pareja no va a permanecer unida, no tiene sentido. Pero
si pueden mantenerse unidos durante un año, entonces puede haber sacrificio de
fuego. No es bueno cambiar de marido tres veces al mes.
Carta a Oṁkāra dāsī (2 septiembre 1975)
Prabhupāda citaba algunas veces al poeta Tulasī dāsa hablando sobre
cuatro cosas que pueden ser golpeadas. Se puede golpear una mṛdaṅga, un perro, un śūdra o una mujer. Al mencionar esto en
una ocasión, se rió volviéndose hacia su discípulo Nara-Nārāyaṇa. —Nara-Nārāyaṇa
entiende muy bien este principio —dijo Prabhupāda, y todos los devotos también
rieron. Pero entonces Prabhupāda se puso serio y dirigiéndose a Nara-Nārāyaṇa
le dijo: —Pero no lo hagas. La cita se refiere a mujeres ordinarias. Estas son
devotas.
Entrevista con Dīnadayādrī-devī dāsī
En relación
con esta frase de que las devotas no deben ser golpeadas, Śrīla Prabhupāda
también mencionó en distintas ocasiones que las peleas entre hombre y mujer no
deben ser tomadas en serio. En América —dijo— cada vez que surge una gran
disputa, inmediatamente sobreviene el divorcio. Sin embargo en la India las promesas del
matrimonio se toman en serio y por ello las inevitables diferencias entre
marido y mujer nunca son causa de ruptura de las familias. En los ślokas de Cāṇakya Paṇḍita, la
pelea entre marido y mujer se toma como un asunto que hace mucho ruido pero que
no tiene consecuencias graves. Prabhupāda citaba también a Tulasī dāsa, quien
tuvo una amarga experiencia con su propia mujer, que le fue infiel. Sin
embargo, una de las frases de Tulasī dāsa era que una mujer puede ser una gran
tigresa, pero también una diosa de la fortuna. En los pueblos hindúes, la
entrada de un tigre en una casa es uno de los hechos más terroríficos
imaginables, y sin embargo según Tulasī dāsa todos los hombres necios tienen a
una tigresa en casa. La mujer puede ser comparada a la tigresa porque chupa la
sangre del marido quitándole el semen, que está hecho de muchas gotas de
sangre. Pero la misma mujer, si se vuelve consciente de Kṛṣṇa, puede ser como
la presencia de Lakṣmī-devī en la casa del gṛhastha.
En una ocasión, un devoto contó a Prabhupāda una historia sobre Mīrabāi.
Según la leyenda, Mīrabāi quiso conocer a Śrīla Jīva Gosvāmī, pero él envió el
siguiente mensaje de vuelta: «Yo soy un sannyāsī
y usted es una mujer, de modo que no podemos vernos». Entonces, según la
historia, Mīrabāi mandó otro mensaje a Jīva Gosvāmī que decía: «Creía que el
Señor Kṛṣṇa era el único varón en Vṛndāvana y que todos los demás eran
hembras». Dicen que cuando Jīva Gosvāmī leyó esta respuesta, parece ser que
aceptó verla. Pero cuando Prabhupāda escuchó el relato, dijo que probablemente
no era cierto, porque en nuestra línea los sannyāsīs
no se niegan a ver a las madres.
Entrevista con Girirāja Swami
En una de sus visitas a Boston presentaron a Prabhupāda a una joven
hindú que se había venido a vivir al templo. Había estado casada con un hombre
que no se interesaba en absoluto por la conciencia de Kṛṣṇa y que la maltrataba
de muchas maneras. De modo que —con el permiso del hombre— ella había dejado su
hogar y vivía ahora en el āśrama con
las devotas. Prabhupāda lo aprobó, pero dijo: —Solamente tienes un defecto.
La joven preguntó: —¿Cuál es?
Prabhupāda dijo: —Que no tienes marido; y no es bueno que una mujer no
tenga marido. Debes encontrar uno y entonces serás perfecta. Cuando una mujer
sigue a su marido, entonces es perfecta.
Entrevista con Balavanta dāsa Adhikārī
¡Uy, que de cosas tan interesantes!. ¡Gracias por compartir!. MVD
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