Capítulo 1: El valor de la Devoción
Sūtra 4
yal labdhvā pumān siddho bhavaty amṛto bhavati tṛpto bhavati
Sūtra 4
yal labdhvā pumān siddho bhavaty amṛto bhavati tṛpto bhavati
Sinónimos
yat —cuál; labdhvā —haber ganado; pumān —una persona; siddhaḥ — perfecto; bhavati
—se convierte en; amṛtaḥ — inmortal;
bhavati — se convierte en; tṛptaḥ —pacífico; bhavati —se convierte en.
Traducción
Al
alcanzar esta etapa del trascendental servicio devocional en el amor puro por
Dios, una persona llega a ser perfecto, inmortal, y pacífico.
Significado
La parte y porción las entidades
vivientes están entrelazados en la vida condicionada de la existencia material.
Debido a sus diversas actividades que deambulan por todo el universo,
transmigrando de un cuerpo a otro y sufriendo las diversas miserias. Pero
cuando una entidad viviente tiene la suerte de alguna manera entrar en contacto
con un devoto puro del Señor y se compromete en el servicio devocional, entra
en el camino de la perfección. Si alguien se compromete en el servicio
devocional con toda seriedad, el Señor le instruye de dos maneras a través del
devoto puro y desde el interior para que pueda avanzar en el servicio
devocional. Mediante el cultivo de tal servicio devocional, se convierte en
perfecta.
El Señor Kṛṣṇa describe esta forma de
completa perfección en el Bhagavad-gītā
(8.15):
mām upetya punar janma duḥkhālayam aśāśvatam
nāpnuvanti mahātmānaḥ saṁsiddhiṁ paramāṁ gatāḥ
“Las grandes almas que se dedican a
Mi servicio devocional me obtienen a Mí, el Señor Supremo, y no vuelven a esta miserable
vida material, por haber alcanzado la mayor perfección”. En ambos casos, en el
cuerpo material y después de renunciar a él, un devoto alcanza la máxima
perfección en el servicio al Señor. Mientras un devoto está en su cuerpo
material, sus actividades son puestas a prueba en el servicio devocional que le
prepara para ser trasladado a la morada suprema del Señor. Sólo aquellos que
están cien por ciento comprometidos en el servicio devocional pueden alcanzar
esta perfección.
En la materia, la vida condicionada
de una persona siempre está llena de las miserias causadas por la
transmigración del alma de un cuerpo a otro cuerpo. Antes de nacer, es sometido
a las miserias de la vida en el vientre de su madre, y cuando sale vive durante
un período determinado y luego de nuevo tiene que morir y entrar en el vientre
de una madre. Pero uno que logra la más alta perfección va de vuelta a Dios
después de dejar su cuerpo actual. Una vez allí, él no tiene que volver a este
mundo material y transmigrar de un cuerpo a otro. La transferencia al mundo
espiritual es la más alta perfección de la vida. En otras palabras, el devoto
alcanza su posición constitucional de la inmortalidad y por lo tanto se
convierte en completamente pacífico.
Hasta que una persona logra la perfección,
no puede ser pacífica. El puede artificialmente pensar que es uno con el
Supremo, pero en realidad no lo es, por lo tanto, no tiene paz. Del mismo modo,
alguien puede aspirar a una de las ocho perfecciones del yoga en el proceso de yoga
místico, como convertirse en la más pequeña, convertirse en el más pesado, o
adquirir todo lo que desee, pero estos logros son materiales y no son la
perfección. Perfección significa recuperar nuestra forma espiritual original y
participar en el servicio amoroso del Señor. La entidad viviente es parte
integrante del Señor Supremo y si desempeña las funciones de la parte y porción,
sin orgullo, sin pensar que él es uno en todos los aspectos con el Señor
Supremo, se alcanza la perfección real y se convierte en pacífica.