31. Gotitas de néctar - Debes completar las dieciséis rondas diarias



En 1970, durante una conferencia en el templo de Los Ángeles, casi recién instalados en el nuevo edificio, Śrīla Prabhupāda preguntó a los devotos reunidos: —¿Hay alguno de ustedes que no esté cantando sus dieciséis rondas?

Sólo un muchacho levantó la mano. Era Bhakta dāsa. Śrīla Prabhupāda dijo: —¿No estás cantando dieciséis rondas?

—Bueno, Prabhupāda —respondió el discípulo—, es que trabajo hasta muy entrada la noche y he estado durmiendo sólo cuatro horas, de modo que no he tenido tiempo para terminar.

Śrīla Prabhupāda respondió enérgicamente: —Entonces duerme sólo dos horas, pero debes completar las dieciséis rondas diarias.
Entrevista con Dānavīra dāsa

En cierta ocasión, en Sydney, Prabhupāda realizó un sacrificio de fuego en el patio. Los devotos llevaron entonces ante a Śrīla Prabhupāda el mahā-prasāda de las Deidades. Él miró el plato y tomó un purī. Lo olió, lo palpó con los dedos y lo probó.

—Este purī es de lo mejor—, dijo. —Es perfecto. Tráiganme al hombre que lo cocinó.
Los devotos corrieron a buscar al afortunado devoto, Kūrma dāsa. Cuando lo llevaron junto a Prabhupāda, éste le dijo:

—Muchas gracias por seguir las reglas y regulaciones. Entiendo que para cocinar así un purī tienes que haber seguido todas las reglas al pie de la letra.

Prabhupāda explicó que esa era la manera de hacer bien las cosas: ser estrictos.

—No me gustan las cosas de segunda categoría —dijo—. Me gustan los purīs de primera—. De manera que cada día que permaneció en Sydney comió los purīs de primera clase de Kūrma, que realmente le gustaron muchísimo.
Entrevista con Jayapatākā Swami


—Si llegara a tener un hijo, ¿debería enseñarle mi profesión? —preguntó Bharadvāja dāsa a Śrīla Prabhupāda. Por aquel entonces Bharadvāja estaba a cargo del estudio FATE (Primera Exhibición Teísta de Norteamérica), y hacía dioramas del kṛṣṇa-līlā. También había observado cómo los padres en la India enseñan su oficio a sus hijos desde muy temprana edad para que éstos lleguen a ser expertos.

Pero Śrīla Prabhupāda respondió: —Tú no eres un alfarero. Mañana te pueden llamar para adorar a las Deidades.

De este modo, Śrīla Prabhupāda enseñó que únicamente hay que apegarse a la orden del maestro espiritual y no al concepto que uno pueda tener de sí mismo como artista o pūjārī.

Entrevista con Rukmiṇī-devī dāsī

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