Una vez cuando Prabhupāda estaba en el Bhaktivedanta Manor de Londres,
un sannyāsī māyāvādī vino de visita.
Śrīla Prabhupāda lo recibió amablemente, y discutieron un poco de filosofía.
Cuando el hombre se fue, deliberadamente dejó una gran pila de sus panfletos.
Los panfletos contenían un pequeño ensayo sobre la doctrina monista de que
«todo es Uno», desafiando el significado directo de las Escrituras védicas y
omitiendo completamente al Señor Kṛṣṇa como la Suprema Personalidad
de Dios. A la tarde Prabhupāda estaba con los devotos como era usual. Su
costumbre era recibir un plato muy grande con frutas y nueces, tomar un poco y
luego le pedía a un devoto que distribuyera el mahā-prasāda. Este día en particular, Prabhupāda pidió los
panfletos. Los devotos estaban sorprendidos: —¿Para qué quería Prabhupāda los
panfletos?—. Cuando se los trajeron, Śrīla Prabhupāda dijo: —Distribuyan un
papel a cada devoto. Los devotos estaban completamente confundidos, mientras
los panfletos fueron pasando de mano en mano.
Luego Prabhupāda dijo: —Cada uno abra su panfleto y póngalo en la mano—.
Mientras él tomó unos trozos de fruta del plato, comenzó a comerlos e indicó
que se podía distribuir el resto. Dijo que usaran los panfletos como si fueran
platos de papel.
Más tarde uno de los devotos mencionó que —mediante este sencillo acto—
Prabhupāda estaba practicando yukta-vairāgya
[‘renuncia en la utilización’]. Había encontrado alguna utilidad al ensayo
ateo, ridiculizando a su autor y simultáneamente ocupándolo en ajñāta-sukṛti, servicio devocional
involuntario.
Entrevista con Raghunātha Swami
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