Rāmānanda Rāya entonces suplicó al Señor:
eka saṁśaya mora āchaye hṛdaye
kṛpa kari' kaha more tāhāra
niścaye
pahile dekhiluṅ tomāra sannyāsi-svarūpa
ebe tomā dekhi muñi śyāma-gopa-rūpa
tomāra sammukhe dekhi kāñcana-pañcālikā
tāṅra gaura-kāntye tomāra sarva
aṅga ḍhākā
tāhāte prakaṭa dekhoṅ sa-vaṁsī vadana
nānā bhāve cañcala tāhe
kamala-nayana
ei-mata tomā dekhi' haya
camatkāra
akapaṭe kaha, prabhu, kāraṇa ihāra
«Mi Señor, tengo una duda en el corazón, y espero que Tú, por Tu gracia,
tengas la bondad de disiparla. AL principio Te vi aparecer en forma de sannyāsī, pero ahora Te estoy viendo
como Śyāmasundara, el pastorcillo de vacas. Ahora Te veo como un muñeco dorado,
y todo Tu cuerpo está cubierto por un brillo dorado. Puedo ver que sostienes
una flauta en Tus labios, y Tus ojos de loto se mueven de forma muy inquieta debido
a los diversos éxtasis. Es cierto, Te estoy viendo de esta forma, y es
fascinante. Mi Señor, por favor, explícame sin duplicidad la causa de todo
eso».
El Señor respondió que aquellos que están profundamente absortos en una
relación amorosa con Kṛṣṇa son todos devotos de primera clase. Como resultado
de su amor natural por Dios, pueden experimentar la presencia de su adorable
Señor Śrī Kṛṣṇa en todas partes, cuando miran cualquier variedad de objeto
móvil o inmóvil. Los objetos que ven no aparecen ante ellos tal y como son,
sino que los ven en relación con Śrī Kṛṣṇa. He aquí algunas de las citas del Śrīmad-Bhāgavatam en relición con esto:
sarva-bhūteṣu yaḥ paśyed
bhagavad-bhāvam ātmanaḥ
bhūtāni bhagavaty ātmany
eṣa bhāgavatottamaḥ
«El devoto de primera clase percibe en todas partes la presencia de Śrī
Kṛṣṇa, que es la vida de todas las vidas, y en Śrī Kṛṣṇa percibe la presencia
de todos los objetos animados e inanimados» (Bhāg. 11.2.45).
vana-latās tarava ātmani viṣṇuṁ
vyañjayantya iva puṣpa-phalādhyāḥ
praṇata-bhāra-viṭapā madhu-dhārāḥ
premā-hṛṣṭa-tanavo vavṛṣuḥ sma
«Los árboles y enredaderas del bosque, repletos de frutas y flores, se
inclinaban ante el Señor con sentimientos de que Śrī Kṛṣṇa era la esencia de su
vida. Con alegria trascendental y éxtasis jovial, los árboles y las enredaderas
derramaron grandes cantidades de miel en Su presencia. Esto era posible debido
a su amor puro por Dios» (Bhāg.
10.35.9).
El Señor Caitanya continuó diciendo:
rādhā-kṛṣṇe tomāra mahā-prema
haya
yāhāṅ tāhāṅ rādhā-kṛṣṇa tomāre sphuraya
«Tú tienes en gran estima a Rādhā y Kṛṣṇa, y por eso puedes percibir Su
presencia en todas partes».
Rāmānanda Rāya, no obstante, no se satisfizo con esa respuesta del Señor
Caitanya, aunque las palabras del Señor eran, sin duda alguna, correctas
conforme al śāstra. Por eso dijo:
raya kahe—prabhu tami chāḍa bhāri-bhūri
mora āge nija-rūpa nā kariha
curi
rādhikāra bhāva-kānti kari'
angīkāra
nija-rasa āsvādite kariyācha
avatāra
nija-gūḍha-kārya tomāra—premā āsvādana
ānuṣange prema-maya kaile
tribhurana
āpane āile more karite uddhāra
ebe kapaṭa kara—tomāra kona vyavahāra
«Mi Señor, por favor, deja a un lado esta forma indirecta de revelar Tu
verdadera identidad. Ten la bondad de no tratar de ocultar quién eres en
realidad. Yo sé quién eres: Tú eres Śrī Kṛṣṇa cubierto por el brillo de Śrīmatī
Rādhārāṇī. Has descendido para saborear el éxtasis de Tus pasatiempos
trascendentales con Ella. El propósito principal de Tu advenimiento es saborear
los sentimientos del amor que Tus devotos sienten por Ti y simultáneamente
distribuir ese amor por los tres mundos. Tú has venido a mí por Tu propia
voluntad, así que ¿cómo es que ahora quieres ocultarte?».