16. El xilófono de platino




Personajes: 1) Rey; 2) ministro; 3) astrólogo; 4) portador del xilófono (un principito); 5) genio; 6) perro; 7) cuatro músicos; 8) El devoto

Rey: Oh, no sé que está pasando en mi reino. A pesar de que todo el mundo está feliz, que cada día los campos están más verdes, las vacas nos dan más leche, todo es muy armonioso en mi reino, hay mucha riqueza, mucha opulencia, pero aun así, yo me siento muy mal, siento que me falta algo. Sí, ya sé qué es. Recuerdo que cuando era principito, mi madre me cantaba una canción. Sí. Esa canción me hacía muy feliz. Si pudiera recordarla ahora. ¿Cómo era esa canción?

Ministro: Su Majestad, el astrólogo del reino desea hablar con usted.

Rey: Dile que pase.

Astrólogo: Por favor, acepte mis reverencias, Su Majestad. He estado viendo en la bola mágica que algo muy auspicioso está a punto de suceder, algo que revolucionará a nuestro reino.

Rey: ¡Oh que bueno! ¿Qué será?

Ministro: Su Majestad, un pequeño príncipe ha llegado de un país muy lejano a traernos algo.

Principito: Mi querido rey, aquí vengo a dejarle este obsequio. Lo hemos traído desde un país muy lejano. Por favor, acéptelo.

(Le da algo tapado con una tela, y el principito desaparece inmediatamente. El rey lo destapa con mucha cautela, y ve que es un xilófono)

Rey: (encontrándose una nota) Oh, pero qué dice aquí: "Quien toque este xilófono, podrá complacer todos sus deseos". Oh, que bueno. Lo tocaré. ¿No será una trampa?

(Tintintín. Tintíntin. Una gran explosión. Pbfufffs)

Rey: ¿Qué es esto?

(Aparece el genio)

Genio: Yo soy el genio que ha venido a complacer todos tus deseos. Ahora tú eres mi amo, pídeme lo que quieras. Soy capaz de complacer cualquier cosa que desees.

Rey: Oh, qué bueno. Pero, en realidad, en estos momentos me encuentro muy frustrado. Tan sólo quisiera recordar una canción que mi madre me cantaba cuando era un principito, y era lo único que me hacía feliz. Yo en realidad estoy rodeado de opulencias.

Genio: Pero tú no sabes todo lo que traigo en este maletín (abre su maleta y saca unos silbatos de fiestas infantiles, de esos que se enrollan y se estiran), tome Su Majestad.

Rey: Oh sí, qué lindo, creo que es esto lo que yo quería. Tututututu. Oh sí, qué bueno, muchas gracias. Tutututu. Oh no, esto no es, esto me aburre, te lo regreso, no es esto lo que yo deseo.

Genio: Entonces Su Majestad, tome esta otra cosa, mire, este libro de cuentos infantiles.

Rey: Oh sí qué bueno, Caperucita Roja, qué divertido, pero en realidad no me satisface, esto no es lo que yo deseo.

Genio: Entonces, ¿qué haré para complacerlo, Su Majestad? Ah, ya sé, no se preocupe, yo soy el genio que puede complacer todos los deseos, soy el genio de la mente, así que ahora mismo le daré lo que usted está necesitando. Tengo una mascota para usted, usted necesita una compañía, un perrito, mire que precioso este perrito. Hey perrito, ven, fsfsfsfsf, ven.

Perrito: Guau, guau, guau.

Rey: Sí, es esto lo que yo necesitaba. Nunca tuve un perrito, y desde principito siempre lo deseé, y mi padre nunca me dejaba tener un perrito. Muchas gracias, genio. Vamos a pasear. Mira perrito, ve y traeme este palito. Te pondremos como nombre Puri, sí qué lindo nombre. Puri, Puri, Puri... Oh, qué estás haciendo, te estás orinando encima de mi trono, fuera de acá, perro cochino, fuera, y miren, me ha pasado unas pulgas y me están picando. No, no es esto lo que yo quiero, ¿cómo se te ocurre traerme esto tan raro? Oh genio, me estás colmando la paciencia. Estoy muy triste, y tú no me entiendes, yo necesito otra cosa.

Genio: Ah, ya sé, ahora sí se me ha ocurrido algo genial, ja ja ja ja, nunca nadie se ha sentido frustrado ante mis ideas, así que ahora mismo te divertirás como nada. Tengo mi alfombra mágica, con la cual iremos a dar vueltas por todo el planeta, y por todo el universo. Ven, siéntate en mi alfombra mágica.

(Empiezan a volar en la alfombra)

Genio: Mira cómo volamos, ahora estamos pasando por encima de la torre de Pisa, la podemos tocar.

Rey: Oh sí, qué divertido, qué increíble.

Genio: Ahora estamos pasando por París, mira la torre Eiffel.

Rey: Sí, mira qué asombroso, la Estatua de la Libertad. Esto es más rápido que los aviones. Oh sí, esto es lo que yo quería.

Genio: Mira, el Partenón, estamos en Grecia. Rey: Oh sí, que increíble.

Genio: Ahora estamos regresando a tu reino, agárrate fuerte, que estamos por llegar.

(Llegan al reino)

Rey: Sí, en verdad es increíble, pero genio, no es lo que yo quiero. Oh no, ya no puedo más, estoy muy triste.

Genio: Ya sé, ponte esta capa y tu fama se esparcerá por todo el universo y eso te dará un gran placer.

(El rey se pone la capa)

Ministro: Su Majestad, acaban de llegar noticias de los reinos vecinos, y todos están ofreciendo sus respetos y su admiración a usted. Dicen que su reino es muy próspero y que por favor, quisieran que usted les dé algunas instrucciones para así levantar sus reinos. Genio: Oh, ya ves como funciona, tu fama se ha esparcido por todas partes, por todo el mundo.

Rey: Sí, tienes razón, soy el rey más famoso, mi fama se conocerá a través de la historia. Pero en realidad, eso no me da felicidad. Yo quiero esa canción que me cantaba mi mamá, eso es lo que yo quiero. Genio: Ah, está bien, entonces tengo una idea. Te traeré a los mejores músicos del mundo, y con eso serás completamente feliz. Y ahora con ustedes, directamente de los barrios de Nueva York, el rap.

(Música rap y entra un bailarín muy eléctrico, baila y el rey se pone a bailar con él un momento)

Rey: Sí, esta es la música, esta es la música, oh que bueno.

(Baila un momento con el bailarín y después dice)

Rey: No, en realidad no es esta la música (empuja al bailarín) ¡no, váyase, lárguese! No, esa no es la música, ¡cómo se te ocurre!

Genio: Ah, ya sé, traeremos desde México a los mariachis.

(Viene un mariachi con la guitarra, cantando unas canciones mexicanas)

Rey: Esta es la música que a mí me gusta, oh que buena (canta un rato y luego los bota). No, esta no es la música.

Genio: Ya se, te traeremos música desde la Argentina, che, el tango de Gardel.

(Le trae el tango, escucha y canta un rato, pero luego se aburre y no lo satisface)

Genio: Ahora le traeremos el rock.

(Sale un rockero con los pelos de punta, tirándose al suelo y agarrando la guitarra pesadamente, y el rey se emociona con el rock)

Rey: No, en realidad esto tampoco es. (y lo bota)

Genio: Pero qué quieres que haga. Te he traído los mejores músicos del mundo y no he podido complacerte.

(En eso tocan la puerta, es un devoto de Krishna)

Devoto: Yo soy un joven estudiante de la conciencia de Krishna y estamos pasando por este lugar, presentando el santo nombre del Señor.

Rey: ¿El canto del santo nombre?

Devoto: Sí, Su Majestad, uno por cantar el maha-mantra Hare Krishna, Hare Krishna, Krishna Krishna, Hare Hare / Hare Rama, Hare Rama, Rama Rama, Hare Hare, puede conectarse con Dios, y obtener una verdadera felicidad que no se puede experimentar con ninguna cosa de este mundo material.

Ministro: A ver, déjenlo probar.

Genio: No, no. Yo soy el genio de la mente, yo presento lo mejor, no hay nadie que haga las cosas mejor que yo.

Rey: Tú cállate y escucha también.

(El devoto se sienta y comienza con armonio una melodía muy alegre del maha-mantra Hare Krishna)

Devoto: Hare Krishna, Hare Krishna...

(El rey empieza a sonreír, y a mover la cabeza al son de la música)

Rey: Si, si, esta es la canción que cantaba mi madre, Hare Krishna Hare Krishna...

(Todos los músicos salen al escenario y se ponen a cantar con el rey)

Todos: Hare Krishna, Hare Krishna...

Rey: Sí, esta es la canción, es lo único que nos puede dar verdadera felicidad. Canten todos, por favor. Hare Krishna, Hare Krishna....

Un devoto podría explicar brevemente de la bienaventuranza de cantar el maha-mantra, y de que las demás proposiciones de la mente, podrían darles una satisfacción muy temporal, como el caso del rey.

Fin


No hay comentarios:

Publicar un comentario