Escena: el festival de Gaura-pūrṇimā de 1976 en Māyāpura. Śrīla Prabhupāda
está sentado en su habitación, charlando con Prajāpati dāsa y su esposa, que
dirigen un grupo de danza y teatro del movimiento de la conciencia de Kṛṣṇa.
Están mostrando a Prabhupāda fotografías de una de sus actuaciones en un
templo.
—¿Por qué Les dan la espalda a las Deidades? —preguntó Prabhupāda.
—Es que Jayatīrtha dijo que...
—¡¿Jayatīrtha?! —dijo Śrīla Prabhupāda en un tono que obviamente
rechazaba su explicación. Entonces pidió que entrasen a su habitación todos los
miembros del GBC que estuvieran por allí. Cuando los hubo reunido, Śrīla
Prabhupāda comenzó a aleccionarles sobre el tema de no dar la espalda a las
Deidades.
—Rūpa Gosvāmī enseña que no hay que dar la espalda a las Deidades —dijo Śrīla
Prabhupāda—, pero ahora estos me dicen que alguien les dijo que está bien—.
Prabhupāda miró gravemente a todos los devotos que habían en la habitación. Un
devoto tomó la palabra y mencionó a otro líder, otro discípulo de Śrīla Prabhupāda;
Prabhupāda lo cortó inmediatamente y con unas pocas palabras, reprendió al devoto
que había en la habitación y también al líder que éste había nombrado. Después
todos quedaron en silencio.
Finalmente, un devoto preguntó: —Śrīla Prabhupāda, ¿las mujeres pueden
bailar en el escenario?—. Más temprano, ese mismo día, un grupo de mujeres de
una aldea bengalí habían estado bailando y tocando mṛdaṅga en el templo, y algunos de los devotos habían cuestionado
si era correcto mirarlas.
Śrīla Prabhupāda respondió que las mujeres no debían aparecer en las
obras de teatro. Los hombres tenían que representar sus papeles. Dijo que en el
pasado en la India
se hacía de esa manera; los papeles de las mujeres los representaban niños o
adolescentes. Únicamente más tarde las mujeres comenzaron a representar los
papeles femeninos. Prabhupāda dijo que ninguna mujer respetable haría eso, así
que ahora empleaban a prostitutas. Prabhupāda continuó hablando, explicando la
historia del teatro bengalí.
Luego narró a los devotos una ocasión en que él había actuado en una
obra sobre la vida del Señor Caitanya. La había dirigido una figura muy
importante del teatro bengalí. Prabhupāda contó que al terminar la obra, todos
los actores salieron al escenario, pero nadie aplaudía. Miraron al público para
ver por qué no aplaudían y vieron que todos estaban tan conmovidos por la
historia que las lágrimas les resbalaban por las mejillas.
—Śrīla Prabhupāda —comentó un devoto—, eso sucedió porque en la obra
actuaba usted.
Prabhupāda negó con la cabeza e hizo un gesto típico con la mano, como
rechazando la idea de que la obra hubiera sido importante porque él actuaba.
Entrevista con Ravīndra-svarūpa dāsa Adhikārī
Yaduvara
relata un incidente similar. Una vez, en la terraza del templo de Bombay,
Prabhupāda accedió a ver a un grupo de danza de niñas preparado por un miembro
vitalicio. Durante el espectáculo Yaduvara empezó a filmar. Él notó que Śrīla
Prabhupāda evitaba mirar a las bailarinas. Mirando para aquí y para allá, a
veces arriba y abajo, Prabhupāda demostró una misteriosa habilidad para estar
sentado frente a un espectáculo y aun así no verlo.
Como en casi
todas las instrucciones y reglas, hay también excepciones a la regulación de
que no se debe oír cantar a las madres. En 1975 un devoto del templo de Los
Ángeles se molestó por tener que oír a «una mujer» cantar las oraciones de Govindam a la hora de recibir a
las Deidades. Escribió a Śrīla Prabhupāda citando el comentario de Śrīla
Bhaktivinoda Ṭhākura sobre el decimotercer capítulo del Antya-līlā del Caitanya-caritāmṛta, que trata del Señor Caitanya oyendo a las deva-dāsīs cantar en el templo. También se refirió al
significado de Śrīla Prabhupāda en el decimonoveno capítulo del Sexto Canto,
donde se dice que un sannyāsī o un brahmacārī que ve el rostro o escucha la voz de una
mujer y es atraído, está cometiendo una caída sutil.
En vista de
esto, muchos de los brahmacārīs, incluyéndome yo mismo, nos acercamos al
presidente del templo de aquí de Nueva Dvārakā (Los Ángeles) para ver si sería
posible que —cuando saludamos a las Deidades por la mañana— en vez de escuchar
a la ex esposa de Gurudāsa Mahārāja cantar las plegarias de la Brahma-saṁhitā, pudiéramos escuchar a Su Divina Gracia
cantar las oraciones Govindam. Estoy
seguro de que todos los devotos estarían entusiasmados de escucharlo a usted,
en vez de guitarras eléctricas, la Orquesta Sinfónica
de Londres, etc. etc.
Śrīla
Prabhupāda respondió desde ISKCON Vṛndāvana en una carta del 12 de diciembre de
1975:
¡No! Tú
estás haciendo un descubrimiento nuevo. Todo este tiempo has estado escuchando
la grabación de Yamunā-devī y ahora quieres cambiarla. Pero eso no es un canto
ordinario. Es un concierto. Se escuchan muchas voces cantando, así que no está
mal. Es como saṅkīrtana. Yo lo apruebo. Aquí en el templo Krishna-Balaram cada mañana estamos
escuchando la misma grabación, así que si aquí está bien, ¿por qué allí no?
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