Śrīla Prabhupāda contó una historia sobre un insensible adorador de la
diosa Kālī. El «devoto» fue al templo y oró a la diosa de una manera
materialista, como es típico en un adorador de los semidioses. Pidió una
bendición material. Tras sus oraciones y una pūjā descuidada, pronto él obtuvo su deseado resultado material.
Sin embargo, su pūjā incluía la
obligación de ofrecer a la diosa una cabra en sacrificio cuando obtuviese el
resultado. Pasados algunos días, la diosa en el templo le habló al adorador.
—¿Dónde está la cabra que prometiste? —preguntó.
—Es muy cara —repuso él—, y no creo que pueda permitirme el ofrecértela.
—Muy bien —dijo la diosa— pero tienes que ofrecerme algo. Ve y ofréceme
al menos un cerdo.
El adorador se fue pero negligió la petición de la diosa. Luego, en otra
ocasión en el templo, la diosa le habló de nuevo y dijo: —¿Dónde está la
ofrenda del cerdo?
El devoto se excusó de nuevo y dijo: —Lo siento, no he podido encontrar
cerdos por ninguna parte. No es tan fácil.
La diosa replicó: —Esto no está bien. Tú has recibido una bendición y
ahora debes dar algo a cambio. Ahora bien, para ponértelo fácil, te pido que me
ofrezcas al menos algo que te sea fácilmente asequible. ¿Por qué no me ofreces
por lo menos una mosca?
—Pero diosa —dijo el inútil adorador—, hay muchas moscas zumbando a tu
alrededor. ¿No podrías atrapar una tú misma?
Esa es la actitud de los materialistas adoradores de los semidioses,
cuyos corazones están totalmente desprovistos de una actitud amorosa de
servicio.
Recordado de memoria por Satsvarūpa dāsa Goswami
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