49. Gotitas de néctar: A Śrīla Prabhupāda no se le escapaba ningún detalle



Durante una visita a Los Ángeles, Śrīla Prabhupāda se enfermó bastante. Los devotos sugirieron que no debía bajar a la clase, que algún otro devoto podía darla.

—Tengo que ir —dijo Śrīla Prabhupāda—, porque si no voy todos lo usarían como excusa para no ir cuando estén enfermos.

Entonces los devotos se ofrecieron voluntarios para bajar a Prabhupāda por las escaleras, mas él insistió en bajar por sí mismo, diciendo que si lo bajaban sería vergonzoso para él.

Sin embargo, la garganta de Prabhupāda estaba tan congestionada que esa mañana no pudo dar la clase. Se sentó en el vyāsāsana y asistió a la clase, sólo por sus discípulos.

Entrevista con Rāmeśvara Swami

Cuando Prabhupāda estaba muy enfermo en Vṛndāvana, su sirviente Śrutakīrti dormía directamente bajo el lecho de Prabhupāda para estar preparado cuando él lo necesitara durante la noche. Prabhupāda extendía su red mosquitera sobre la cama, y Śrutakīrti la estiraba hasta el suelo, donde yacía «como un perro». Sin embargo una noche Śrīla Prabhupāda se levantó e intentó caminar sin llamar a su sirviente. Como tenía tan poca fuerza, Prabhupāda se cayó a los pocos pasos.

—¿Prabhupāda, qué está haciendo? —Śrutakīrti se levantó de un salto—. ¿Por qué no me llamó?

Prabhupāda respondió que pensó que podría hacerlo por sí mismo.

—No quería molestarte, porque estás descansando.

Śrutakīrti protestó que él estaba allí justamente por esa razón, para ayudar a Prabhupāda.

Prabhupāda replicó que pensó que tenía fuerza, pero que ahora había visto que no la tenía.

Entrevista con Śrutakīrti dāsa

Cuando Silāvatī-devī dāsī introdujo una nueva mejora en la adoración de la Deidad, quiso ella asegurarse de que Prabhupāda lo notara, y esperaba que la alabase. Cada vez que traía los platos de las Deidades al altar, ella empezó a pensar que no estaba bien que todos vieran los platos antes de que fueran ofrecidos a las Deidades. Así pues, decidió hacer una tela para tapar los platos. Preparó una cubierta de seda y planeó usarla por primera vez el domingo por la tarde estando Prabhupāda presente. Según el programa, la ofrenda tenía que hacerse justo antes de la clase del Bhagavad-gītā de Prabhupāda.

Pero cuando Silāvatī entró en el altar con el plato y su cubierta nueva, notó que Prabhupāda no la estaba mirando. Estaba mirando directamente hacia delante en el templo abarrotado de gente. El vyāsāsana de Prabhupāda estaba cerca de la tarima sobre la que estaban las Deidades de Jagannātha. Las Deidades estaban cubiertas por una cortina que se corría a mano y que las rodeaba como una cortina de baño. Silāvatī lamentó que Prabhupāda no se percatara de la cubierta nueva pero aun así continuó, levantó la cubierta del plato y comenzó a caminar con la cortina, cerrándola delante de las Deidades.

Pero antes de que pudiera cerrarla completamente, Prabhupāda se inclinó hacia el micrófono y dijo a través de los parlantes: —Te has tomado tanto trabajo en hacer esa cubierta para que nadie vea la ofrenda y sin embargo la quitaste antes de cerrar la cortina. Ese es el acto de un necio.

Entrevista con Silāvatī-devī dāsī

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