gadāi gaurāṅga jaya jāhnavā
jīvana
śrī advaita jaya śrīvāsādi
bhakta-gaṇa
En el éxtasis de prema,
Haridāsa lloró, y en prema Gaurāṅga
lo abrazó.
Gaurāṅga dijo: ¿Dónde existe tal devoto como tú, Haridāsa?
Tú conoces todas las verdades espirituales y eres en todo tiempo, trascendental
a la naturaleza material. El obtener a Kṛṣṇa no depende de tomar nacimiento en
una humilde familia, ni de la riqueza, el honor, el refinamiento, sino que
depende de la fe. Quien quiera que tenga fe en el proceso de la adoración pura
es más grande que los semidioses. Tú has comprendido que el nombre es la Suprema verdad, el medio y
el fin; tú conoces las glorias absolutas del Nombre; tú eres ideal en la
conducta de actividades devocionales (ācāra);
y tú eres instruido y capacitado en la prédica. Haridāsa, te pido que describas
las ilimitadas glorias del Nombre, porque me hace muy feliz el escuchar esas
glorias de tu boca.
“Cualquiera que mencione el Santo Nombre una sola vez es
considerado un vaiṣṇava, y el amo de
casa deberá ser atento para respetar a tal persona. Pero alguien que
constantemente está cantando el Santo Nombre de Kṛṣṇa, es aún un mejor vaiṣṇava, y está dotado de todas las
buenas cualidades. Y alguien que, por su sola presencia, pueda hacer que los
otros canten el Nombre con devoción, es el vaiṣṇava
supremo. Ahora descríbeme exactamente todos los modos cómo las entidades
vivientes siguen este nombre de Kṛṣṇa”.
Juntando sus manos con respeto, con la garganta
estrangulada, y con lágrimas en los ojos, Haridāsa comenzó a hablar. Primero él
dio una descripción del Nombre.
El Santo Nombre es cintāmaṇi,
el objeto que nos concede todo lo que deseamos. A los materialistas les concede
dharma, kāma, artha y mokṣa; a los devotos que no son
fruitivos les da el amor sin mezcla y puro de Kṛṣṇa. El Nombre es ilimitado,
sin principio, y absolutamente consciente, inseparable de la conciencia
superior, Kṛṣṇa. Todo lo que esté en Kṛṣṇa, está en el Santo Nombre, porque los
dos no son diferentes. El Nombre está situado espiritualmente, eternamente
libre de la contaminación material, en un estado de bondad pura (śuddha sattva), como Kṛṣṇa. Aunque
descienda al mundo material, el Nombre permanece puro, eterno, la
corporificación de la
Suprema Dulzura (rāsa).
Como cualquier objeto, Kṛṣṇa, la Realidad Absoluta ,
es conocido por cuatro características: Nombre, forma, cualidades y
actividades. Pero, en el caso de Kṛṣṇa, estos elementos son ilimitados. La Suprema Personalidad
de Dios se expresa mediante estos cuatro elementos, que toman su existencia
espiritual mediante la energía sandhinī
del Señor. Mediante estos elementos, Kṛṣṇa atrae a todas las personas del
universo y, como Su nombre no es diferente, sirve al mismo propósito.
Kṛṣṇa y Su nombre no son diferentes, y así, Su nombre y
Su forma tampoco se pueden separar. Si recordamos el nombre de Kṛṣṇa, también
recibiremos la forma de Kṛṣṇa.
En cuanto a las cualidades, Kṛṣṇa tiene sesenta y cuatro
cualidades en plenitud, las cuales están parcialmente repartidas entre sus avatāras, en Su guṇa-avatāras Brahmā y Śiva, y, hasta en número de sesenta, en Nārāyaṇa.
Pero el nombre de Kṛṣṇa, tiene todas las cualidades eternas en Absoluto, que se
expanden en incontables números. Los pasatiempos del Señor tienen lugar en las
olas de estas cualidades en los dhāmas
del Señor, en Goloka, Vaikuṇṭha y Vraja, y éstos son absolutamente
espirituales.
En la existencia espiritual, el nombre, la forma, la
actividad y la cualidad no son diferenciadas de la identidad real de la
persona; pero por combinación con los elementos burdos que no son conscientes,
la entidad viviente cubierta conoce solamente los nombres, las cualidades, las
formas y las actividades que están separadas unas de otras y de su ser real.
Para las entidades vivientes puras, el nombre, la forma, las cualidades y las
actividades son una cosa, pero, al tomar refugio en un cuerpo material, la jīva distingue las diferencias. Puesto
que Kṛṣṇa siempre está más allá del matiz material, todos estos elementos son
eternamente partes de un inseparable principio. Sin embargo, entre estos cuatro
elementos, mediante los cuales podemos conocer el Objeto Kṛṣṇa, nāma, es el elemento primario, porque
es mediante el Nombre como todas las características se pueden percibir
plenamente. Cuando realizamos la forma, las cualidades y las actividades del
Señor, refugiándose en el Nombre, el Nombre es entonces aceptado como el vaiṣṇava-dharma. El mismo Señor Caitanya
admitió el hecho de que mediante el canto del Nombre se pueden revelar todos
los pasatiempos del Señor.
Luego, Haridāsa consideró quién es un vaiṣṇava.
Se llama vaiṣṇava
aquella persona que sigue el Santo Nombre con fe e intención pura; y es llamado
un semi-vaiṣṇava aquella persona que
toma el Nombre, pero con la impureza de nāmābhāsa.
Sin embargo, el semi-vaiṣṇava, por la
misericordia de Kṛṣṇa se purifica gradualmente y, siguiendo el canto del Nombre
puro, se convierte en un vaiṣṇava
puro.
En cualquier caso, uno debe seguir el Nombre porque en
este mundo material no hay nada comparable a ello. Es el tesoro último en el
almacén de Kṛṣṇa, puesto que contiene dentro de Si todo el reino espiritual.
Las jīvas, partículas de espíritu,
partes de Kṛṣṇa, han entrado en ilusión en este mundo de la materia burda; y el
Santo Nombre, que contiene todos los aspectos de Kṛṣṇa, que contiene el
absoluto poder de Kṛṣṇa ha entrado en el mundo, precisamente para liberar a las
almas espirituales. Deberíamos saber que, en el mundo, cualquier cosa diferente
de la jīva, y del nombre es sin
substancia.
Los nombres de Kṛṣṇa son de dos clases: primario y
secundario. Al tomar refugio en los nombres primarios, la entidad viviente
recibe el supremo beneficio. Aquellos nombres que son partes del līlā trascendental del Señor, se
consideran nombres primarios.
Nombres tales como Govinda, Gopāla, Rāma, Rādhānātha,
Hari, revelan los eternos līlās del
Señor y al cantarlos la entidad viviente logra la entrada en el mundo
espiritual.
Los nombres secundarios son aquellos que describen las
funciones del Señor. El creador, paramātmā,
brahmān son nombres de uso en karma
y jñāna-kānda, y dan elevación
material y liberación. Puesto que tan sólo los principales nombres otorgan el
amor de Dios, los devotos admiten solamente los principales nombres.
Así como hay diferentes tipos de nombres en tipos de
efectos, así mismo hay diferentes maneras de cantar los Nombres con diferentes
efectos. Por supuesto, las escrituras declaran que si uno canta el nombre de Kṛṣṇa
una vez o escucha el nombre de Kṛṣṇa una vez, bien sea el Nombre puro o el
impuro, aun así, la jīva es liberada
de las garras de la energía material. Sin embargo, se deben destacar los tipos
de liberación y la velocidad de liberación. Si se canta el Nombre en nāmābhāsa (impuramente) el beneficio
vendrá lentamente. Porque la persona, con el tiempo, alcanzará el amor puro de
Dios, el Nombre ābhāsa es considerado
todo auspicioso. Mediante el proceso de cantar nāmābhāsa, los pecados son destruidos gradualmente, hasta que el
Nombre se escucha con pureza. En el estado de canto puro, el devoto realiza
rápidamente el objetivo, el amor puro de Dios.
Existe también el caso de cantar o escuchar el Santo
Nombre con más impureza que en nāmābhāsa,
situado a mayor distancia del Nombre puro. A mayor distancia, menor efecto del
Nombre. Tal obstrucción o distancia del nombre, en donde el cantar produce poco
o ningún efecto se denomina aparādha
u ofensa. La obstrucción de vyavadhāna
(separación) es la errónea idea de que Kṛṣṇa y el Nombre de Kṛṣṇa son
diferentes o separados. En otras palabras, la creencia de que la Verdad Absoluta no
reside en el Nombre y que, por lo tanto, el canto del Nombre no puede llevarlo
a uno a la suprema realización de la verdad, se denomina vyavadhāna o separación. Mientras persista esta creencia, el amor
de Dios es imposible de alcanzar.
Además de la separación basada sobre los principios
filosóficos, hay otro tipo de separación al cantar. Esta es la separación
silábica de los Nombres de Kṛṣṇa. Por ejemplo, si las sílabas “ha” y “ri” se separan la una de la otra, mediante algunas otras sílabas,
por esta separación silábica los efectos del Santo Nombre se eclipsan
intensamente. Esto es diferente de la pronunciación de la palabra “hārām” por el yavana, sin intención, cuando se está muriendo, porque no hay
separación de sílabas, en esa expresión. Por lo tanto, se clasifica como nāmābhāsa. “Ha” y “rí” separados
silábicamente tienen mucho menor efecto. Entre los dos tipos de separación, la
separación filosófica de los māyāvādīs
es mucho más perjudicial para el progreso espiritual. La creencia de que el
Nombre no es todopoderoso y Absoluto es una gran perturbación para kali-yuga, y está en discordancia con la
Escritura.
Por estas consideraciones podemos entender la naturaleza
real del Santo Nombre, o sea cantar y escuchar un nombre principal de Kṛṣṇa,
desprovisto de nāmābhāsa, aparādha o
de vyavadhāna (separación). Ese es el
Nombre puro, śuddha-nāma. Quienquiera
que acepte y esté cantando ese Nombre puro es conocido como el real vaiṣṇava, que puede estar en cualquiera
de las tres categorías mencionadas al comienzo del capítulo. Debemos servir
siempre a tal vaiṣṇava con alegría.
A fin de vencer el nāmābhāsa
y recibir el Nombre puro, las jīvas
deben servir al guru fidedigno con
gran atención. Al hacer esto, los anarthas
desaparecerán, y el Nombre puro dotado de toda la potencia espiritual bailará
en la lengua de los devotos. En ese entonces, El nunca dejará la corriente de
dulce néctar que emana del Santo Nombre; la jīva
cantará constantemente, enloquecida por la dulzura del Santo Nombre. Con gozo
el Nombre bailará, la jīva bailará y
el tesoro del amor de Dios bailará. El universo entero danzará y māyā huirá.
Se han discutido
los diferentes tipos de Nombres Santos. Ahora consideremos quién tiene el
derecho o adhikary del Santo Nombre.
Cualquier ser humano, sin miras de consideraciones materiales, tales como
clase, varṇa, nacimiento, sexo, edad,
educación, tiene derecho de seguir el Santo Nombre, porque el Señor ha investido
el Nombre de poder trascendental que sobrepasa todas las distinciones. Pero
aunque todos tienen el derecho al nombre, solamente los que han desarrollado fe
en Kṛṣṇa y en el Nombre, recibirán realmente abrigo del Nombre y lo cantarán
seriamente. Luego, cualquier ser humano tiene derecho al nombre, y quién tenga
fe se convierte en el practicante del Nombre.
En otras prácticas espirituales hay restricciones en el
desarrollo, de acuerdo al momento, el lugar, la limpieza o el desaseo. Pero al
seguir el Nombre esto no es así, porque el Nombre vence todas estas
restricciones por la investidura de su poder. Mientras en los actos de caridad,
sacrificio, baño, japa, etc., siempre
hay consideraciones de tiempo, lugar o limpieza, al cantar el Santo Nombre de Kṛṣṇa
tan sólo se necesita la fe. Y quién se refugia en el Santo Nombre, en kali-yuga, realiza la suprema
perfección de la vida. La conclusión es que la entidad viviente de kali-yuga, situada en medio de māyā, debe seguir el Santo Nombre.
El practicante, el que acepta el Nombre, aunque
desarrolle su práctica con las mínimas restricciones, debe aún ser cuidadoso
para ejecutar todas las acciones favorables para el incremento de la devoción a
Kṛṣṇa, rechazar todas las acciones que obstaculizan la devoción a Kṛṣṇa y
sencillamente recordar el Nombre de Kṛṣṇa constantemente, mientras pasa su vida
en el mundo material. Nunca deberá desviarse a las sendas de las acciones
fruitivas, ni adorar a los semidioses. En cambio, deberá cantar el Nombre,
servir a los devotos, y alcanzar la meta de la vida, Kṛṣṇa-prema.
Así, al concluir su explicación de cómo las jīvas deberán aceptar el Santo Nombre,
Haridāsa Ṭhākura comenzó a llorar. Cayendo a los pies del Señor los asió y
suplicó atracción por el Santo Nombre.
Para una persona que hace el servicio devocional a los pies del uttama-vaiṣṇava, Haridāsa Ṭhākura, el Santo Nombre, la trascendental piedra de toque que produce todos los deseos, se convertirá en el centro de su vida.
Para una persona que hace el servicio devocional a los pies del uttama-vaiṣṇava, Haridāsa Ṭhākura, el Santo Nombre, la trascendental piedra de toque que produce todos los deseos, se convertirá en el centro de su vida.
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