Bhagavad-gītā 13.28
Supongamos que el mal comportamiento de alguien nos irrita. Podríamos regañarlo: "¿Por qué te dejas llevar por la mente?".
Incluso si lo que decimos es cierto, es probable que suene condescendiente. Puede implicar que son tan tontos como para dejarse controlar por su mente, mientras que nosotros somos tan inteligentes como para ver lo que ellos no ven: que su mente los controla. Si nos deleitamos en este sentimiento de superioridad, puede que no nos demos cuenta de que nuestra mente nos está engañando: nos ha engañado haciéndonos creer que la controlamos, cuando en realidad nos mantiene bajo su control.
Por eso, antes de preocuparnos por los demás, debemos preocuparnos por lo nuestro. Sin duda, si los demás no se preocupan por los suyos, su fracaso puede afectarnos. Pero, si reaccionamos a su fracaso sin preocuparnos por lo nuestro, actuaremos de maneras que empeorarán las cosas.
Para entenderlo, pensemos en un conductor descontrolado. Supongamos que vamos conduciendo y el conductor de al lado pierde el control de su coche, que se desvía hacia nuestro carril. Enfadados y alarmados, podríamos gritarle que controle su coche. Pero si nos obsesionamos tanto con gritarle que perdemos el control del nuestro, aumentamos la probabilidad de un accidente. Primero debemos centrarnos en controlar nuestro coche y hacer nuestra parte para evitar el peligro inmediato. Después, podemos exhortarle o instruirle para que controle el suyo.
Pertinentemente, el Bhagavad-gītā (13.28) nos insta a comprender que todos estamos en el mismo barco: somos almas que controlamos máquinas cuerpo-mente que tienden a descontrolarse. Equipados con esta visión educada y empática de nuestra situación humana universal, podemos cuidar mejor nuestra mente.
Piénsalo bien:
· Al decirles a los demás que cuiden sus mentes, ¿cómo podemos estar dejando de cuidar las nuestras?
· ¿Por qué debemos cuidar nuestra mente antes de cuidar la de los demás? Explícalo con un ejemplo.
· ¿Qué visión espiritual puede ayudarnos a cuidar mejor nuestra mente?
Aquel que ve que la Superalma acompaña al alma individual en todos los cuerpos, y que entiende que ni el alma ni la Superalma que están dentro del cuerpo destruible son destruidas jamás, realmente ve. - Bhagavad-gītā 13.28