¿Cómo puede la espiritualidad proteger nuestra salud mental?


Bhagavad-gītā 16.12

Atención plena – Nútrete

Los problemas de salud mental pueden tener muchas causas específicas, pero comparten una característica fundamental: una distorsión en nuestra percepción de la realidad. Cuando esa distorsión se vuelve tan grave que puede dañar a la persona o a quienes la rodean, se clasifica clínicamente como locura, una forma extrema de enfermedad mental.

De forma significativa, las tradiciones espirituales de sabiduría afirman que la locura no es solo una afección específica que padecen algunas personas, sino una condición universal que amenaza a toda la humanidad (Śrīmad-Bhāgavatam 5.5.4). Esta afirmación audaz se basa en lo común que es la distorsión perceptiva —en particular, la idea de que podemos encontrar placer inmediato e inmenso en objetos materiales tentadores.

¿Por qué esta idea es incorrecta?

Porque esos objetos son temporales y, en el mejor de los casos, solo pueden ofrecer placer temporal. Esta distorsión es más evidente —y destructiva— en la vida de los adictos, cuyos propios deseos se convierten en sus cadenas (Bhagavad-gītā 16.12). Pero, en diferentes grados, esas mismas falsas percepciones nos afectan a todos.

¿Cómo?

Porque surgen de impurezas presentes en cada corazón humano: lujuria, ira, codicia, envidia, orgullo e ilusión. Estas impurezas, al manifestarse de distintas formas en la mente de cada persona, pueden convertirse en variantes o mutaciones internas que contribuyen —o incluso causan— diferentes trastornos mentales.

¿Cómo puede ayudar la espiritualidad?

Al comprender que el desequilibrio mental tiene una raíz universal, podemos ver cómo la espiritualidad ofrece un enfoque curativo profundo.

·                     El conocimiento espiritual corrige esas falsas percepciones desde la raíz, brindándonos una comprensión clara y coherente de quiénes somos y cuál es el propósito más profundo de nuestra existencia.

·                     Las prácticas espirituales nos conectan con nuestra esencia pura como almas, y con la realidad suprema y totalmente pura: Kṛṣṇa.

Esa conexión va limpiando gradualmente nuestras impurezas interiores. Al estar así iluminados y purificados, nuestra mente se convierte en una aliada, permitiéndonos vivir de forma más clara, centrada y efectiva.

Resumen en una frase:

Nuestra salud mental se ve amenazada por percepciones distorsionadas e impurezas internas; el conocimiento espiritual corrige esas percepciones y las prácticas espirituales eliminan las impurezas.

Para reflexionar:

·                     ¿Por qué las tradiciones de sabiduría espiritual afirman que la locura es una condición humana universal?

·                     ¿Cuál es la causa interna de las distorsiones en la percepción?

·                     ¿Cómo puede la espiritualidad proteger nuestra salud mental?

Atados por una red de cientos de miles de deseos y absortos en la lujuria y la ira, ellos consiguen dinero por medios ilícitos, para complacer los sentidos. - Bhagavad-gītā 16.12

La capacidad de elegir no es en sí misma libertad — la madurez para elegir sabiamente, sí lo es


Bhagavad-gītā 16.12

Empodérate, nútrete

La mentalidad actual exalta la libertad como la virtud suprema. Cualquier cosa que la limite es considerada dictatorial e inaceptable.

Pero pensemos en los adictos. Ellos tienen, en teoría, la libertad de decidir si ceden o no a su adicción. Sin embargo, en la práctica, sus condicionamientos los impulsan con tanta fuerza a caer en ella que parece como si no tuvieran libertad en absoluto. Con cada recaída, la adicción empeora; así, al ejercer su “libertad”, terminan cada vez más encadenados. ¿Es eso verdadera libertad?

El Bhagavad-gītā (16.12) advierte sobre esta situación al indicar que nuestros deseos pueden volverse como grilletes que nos empujan a actuar de manera imprudente o incluso inmoral.

Pensemos en los anuncios dirigidos a niños muy pequeños. En muchos países, este tipo de publicidad está prohibida porque se considera que los niños no tienen la madurez suficiente para discernir qué anuncios muestran la realidad y cuáles no. La prohibición de estos anuncios ilustra el principio de que la libertad debe ir acompañada de la sabiduría para usarla correctamente.

Cualquier intento de regular la libertad suele generar protestas intensas, con argumentos que recuerdan a los numerosos autócratas de la historia que afirmaron saber qué era lo mejor para sus súbditos, les quitaron la libertad y se volvieron brutalmente explotadores. Sin embargo, incluso esos ejemplos ilustran indirectamente el mismo principio: incluso en líderes bien intencionados, la libertad de ejercer poder sin la sabiduría para usarlo correctamente puede ser perjudicial.

La sabiduría del Gītā nos pide que enfoquemos primero nuestra atención en la educación y la elevación de nuestra conciencia, para así entender qué es la verdadera libertad y cómo usarla del mejor modo.

Cuando nos subordinamos voluntariamente a las directrices prescritas en las Escrituras —que educan y elevan nuestra conciencia— desarrollamos madurez espiritual, y con la guía divina desde nuestro interior aprendemos a usar la libertad para nuestro bien duradero.

Atados por una red de cientos de miles de deseos y absortos en la lujuria y la ira, ellos consiguen dinero por medios ilícitos, para complacer los sentidos. - Bhagavad-gītā 16.12


¿La rendición elimina nuestro libre albedrío?


Bhagavad-gītā 16.11-12

Fortalécete, Nútrete

Algunas personas temen rendirse a Dios porque piensan que perderán su libre albedrío. Sin embargo, rendirse a Dios no significa renunciar a nuestro libre albedrío, sino renunciar a la mentalidad que nos impulsa a usarlo mal. Dios no solo quiere nuestra obediencia; Él quiere nuestro corazón. Quiere nuestro amor, y el amor no tiene sentido sin libre albedrío.

Dios desea que usemos nuestro libre albedrío de manera feliz, gozosa y amorosa, en armonía con Su voluntad divina, como una expresión de nuestro amor. Y cuando nos rendimos a Kṛṣṇa, en ese momento, nuestro libre albedrío no es suprimido; es sublimado, es espiritualizado. De hecho, se utiliza en su máxima expresión para dar a Dios la máxima satisfacción y también a nuestro corazón la máxima plenitud.

Ellos creen que satisfacer los sentidos es la necesidad fundamental de la civilización humana. Así pues, hasta el final de la vida, su ansiedad es inconmensurable. Atados por una red de cientos de miles de deseos y absortos en la lujuria y la ira, ellos consiguen dinero por medios ilícitos, para complacer los sentidos. - Bhagavad-gītā 16.11-12

¿Por qué el progreso material es engañoso e insatisfactorio?


Bhagavad-gītā 16.11

El materialismo es un sistema de creencias que sostiene que solo existe la materia, o al menos que solo la materia importa. Con esta mentalidad, es natural que pongamos mucho esfuerzo en mejorar las condiciones del mundo material. No es de extrañar que la sociedad moderna materialista se caracterice por un enorme progreso tecnológico que hace la vida más cómoda en términos materiales. De hecho, comodidades y lujos que antes eran inimaginables incluso para la realeza —como el aire acondicionado, los viajes aéreos o las telecomunicaciones— ahora están al alcance de muchas personas comunes.

Aunque los beneficios del progreso material son fácilmente visibles y comprobables, el empobrecimiento interno que produce no se percibe con la misma facilidad. El materialismo nos hace creer que las cosas del mundo son la única fuente de placer en la vida. ¿Cuál es el resultado de esta creencia? Una insatisfacción constante.

No importa cuán buenas sean las cosas materiales ni cuántas obtengamos, siempre hay muchas más por conseguir. Y nuestra mente sigue deseando lo que no tenemos. Esta obsesión nos hace apegarnos —incluso volvernos adictos— a las cosas mundanas. Cuando la mente se llena de anhelos y lamentos relacionados con los objetos a los que estamos aferrados, nos sentimos continuamente empobrecidos. De hecho, el Bhagavad-gītā (16.11) advierte que quedamos atrapados por nuestros deseos —nuestros pensamientos se vuelven prisioneros de nuestros apegos.

Sin embargo, es importante destacar que la Gītā no rechaza el mundo. No desaprueba la mejora externa en sí misma; lo que rechaza es la mejora externa que lleva al empobrecimiento interior. Guiados por la sabiduría de la Gītā, volvemos la mirada hacia nuestro interior, descubrimos nuestra espiritualidad y nos conectamos con la realidad espiritual suprema, Kṛṣṇa, el ser supremo y todoatrayente. Cuando vivimos con el deseo de servirle, encontramos satisfacción en nuestro mundo interior, y nuestros pensamientos se vuelven más plenos y enriquecedores.

Resumen en una frase:
El materialismo puede mejorar lo externo, pero empeora lo interno.

Reflexiona sobre esto:

·                     ¿Cómo nos mantiene insatisfechos el materialismo?

·                     ¿Alguna vez te has sentido vacío a pesar de tener muchas cosas materiales?

·                     ¿Cómo hace la Gītā que nuestros pensamientos sean más plenos?

Ellos creen que satisfacer los sentidos es la necesidad fundamental de la civilización humana. Así pues, hasta el final de la vida, su ansiedad es inconmensurable. - Bhagavad-gītā 16.11

Que la comida me recuerde Tu amor por mí


Bhagavad-gītā 3.13

Aquellos que honran lo que el sacrificio concede,
se liberan del pecado y de todo lo que duele.
Pero quienes cocinan solo por placer egoísta,
consumen pecado en cada comida que ingieren.

Mi amado Señor, el alimento es la fuente básica de sustento para todas las formas de vida. Aunque todos las entidades vivientes buscan comida para sobrevivir, los seres humanos tenemos además la capacidad de buscar la fuente de la cual proviene todo alimento.

Tú nos has dado una conciencia desarrollada, gracias a la cual podemos elevar nuestra visión desde el plano físico al plano metafísico; de la provisión al proveedor; del mundo con todos sus abundantes dones hacia la fuente y el sustentador de ese mundo: Tú, mi amado Señor.

Ayúdame, oh Señor, a apreciar la maravilla del orden cósmico por el cual el alimento llega hasta mí.

Ayúdame aún más a reconocer la sabiduría y el amor divinos que se han manifestado en esta disposición universal para todos los seres vivientes, incluidos aquellos que no pueden conocerte como proveedor —como los seres no humanos— y también aquellos que podrían conocerte pero eligen no reconocerte, como los seres humanos no religiosos o no espirituales.

Por favor, oh Señor, bendíceme para que mi corazón se llene de gratitud y devoción hacia Ti con cada bocado de alimento que ingiero. Permíteme verlo como una expresión de Tu amor por mí, y que me inspire a ofrecer mi comida como un sacrificio de amor para Ti —no porque Tú la necesites, sino porque yo necesito y deseo reconocerte a Ti.

Los devotos del Señor se liberan de toda clase de pecados, porque ingieren comida que primero se ha ofrecido en sacrificio. Los demás, que preparan comidas sólo para el disfrute personal de los sentidos, en verdad comen únicamente pecados. - Bhagavad-gītā 3.13