Cuando Śrīla Prabhupāda regresó por primera vez a la India con sus discípulos
americanos, los llevaba a veces a conocer los lugares santos de Vṛndāvana y Māyāpura.
Un día Prabhupāda estaba a punto de irse con algunos devotos en un viejo automóvil
Dodge americano, para visitar Bīrnagar, el lugar de nacimiento de Śrīla
Bhaktivinoda Ṭhākura. Prabhupāda iba en el asiento delantero con el conductor
(Śyāmasundara dāsa) y cuatro devotos más se apretujaron en el asiento trasero. Pronto descubrieron que el viejo Dodge
no tenía bocina. Conducir en la
India sin bocina es casi imposible, y el recorrido duraría
dos horas. Śrīla Prabhupāda estaba preocupado acerca de cómo lo iban a lograr.
Pero poco después de que arrancaron, Prabhupāda ideó una «bocina» de su propia
creación. Encontró un plato de metal en el coche, y luego hizo que pararan el
auto y los muchachos le consiguieron un palo del suelo. Entonces, conforme
andaban, Śrīla Prabhupāda sacaba el plato por fuera de la ventana del coche y
golpeaba éste con el palo cada vez que se necesitaba una bocina para adelantar
y para espantar a la gente o a los animales del camino. Los devotos estaban
llenos de alegría por la bocina de Prabhupāda, la cual él continuó sonando
desde el asiento delantero durante todo el recorrido.
—Los hindúes copiarán esto—dijo Śrīla Prabhupāda—. Pensarán que es un
nuevo invento americano. También van a conseguir platos y palos y los van a
usar en lugar de la bocina.
Entrevista con Yaduvara dāsa
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