45. Realizaciones: Siempre meditaba en la prédica



«En Māyāpura, en febrero de 1977, cuando por primera vez Prabhupāda comenzó a ponerse realmente enfermo, nos turnábamos para estar sentados en su dormitorio con él. Él yacía en la cama, así que siempre tenía que haber una persona allí. Yo tenía un turno de una hora al día más o menos, en que me sentaba junto a la cama de Prabhupāda. Si tosía, tenías que asegurarte de que tuviera la escupidera allí junto con un pañuelo con que limpiarse la boca; también lo ayudabas con la manta, o le dabas agua, o lo ayudabas a ir al baño; cosas así. Prabhupāda estaba tan enfermo que a veces se quejaba y no podía dormir, porque tosía mucho. Sin embargo, a veces se quedaba dormido durante una hora o así.

»Yo había estado sentado allí durante un largo rato y Prabhupāda estaba durmiendo. Entonces repentinamente abrió los ojos y me preguntó: —¿Tú has estado alguna vez en Allahabad?

»—No, Śrīla Prabhupāda —le respondí.

»Prabhupāda musitó: —Hmm—. Y se volvió a dormir. Sin embargo me había sorprendido abriendo los ojos como de la nada y preguntándome eso. Tras otro rato de descanso, abrió los ojos y dijo: —¿Ya está aquí la maqueta del nuevo edificio?

»—Sí, Śrīla Prabhupāda —le dije—. Surabhi Swami la trajo. Está justamente fuera de la ventana.

 »Prabhupāda dijo: —Ah—. Y de nuevo volvió a dormirse. Y así continuó. Dormía durante algún tiempo y luego de repente abría los ojos y hacía una pregunta muy específica, y luego volvía a dormir otra vez. Pude notar que él no era como nosotros, que cuando dormimos quedamos inconscientes por completo. Incluso quejándose, tosiendo y durmiendo, Prabhupāda meditaba en la prédica».
Entrevista con Rādhāvallabha dāsa

«Las habitaciones de Śrīla Prabhupāda en Hawai ocupaban el último piso y sus sirvientes tenían un dormitorio. Sus habitaciones daban a la parte frontal del templo. Un día, estando Prabhupāda allí, yo estaba en pie hablando con Kuśa. Estábamos rehaciendo el vyāsāsana de Prabhupāda y charlando acerca de la mejor clase de pegamento para poner las joyas. Yo hablaba y hablaba de cómo cuando estaba en Nueva Dvārakā [el templo de Los Ángeles] usábamos un cierto tipo de pegamento. De repente, alguien se acercó a nosotras y nos dijo en voz baja: —¿Saben que Śrīla Prabhupāda está junto a la ventana abierta, escuchando todo lo que están diciendo?—. Miramos hacia arriba e inmediatamente le ofrecimos nuestras reverencias. Me sentí muy avergonzada. Nos había estado escuchando todo el rato.

 »Más tarde reflexioné sobre esa experiencia y me di cuenta de que si recordamos a Prabhupāda, él siempre está con nosotros. Podemos mantener conversaciones enteras como si Prabhupāda estuviera ahí escuchándonos. Deberíamos llevar a cabo nuestros tratos y todo lo demás como si Prabhupāda estuviera aquí. El está con nosotros. En la medida en que el discípulo lo ama, él está presente en el corazón del discípulo».

Entrevista con Sangītā-devī dāsī

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