Bhagavad-gītā 17.6
A menudo asumimos que nuestro cuerpo está destinado para la gratificación. El mundo nos lleva a creer que al entregarnos a nuestros sentidos corporales, obtendremos placer.
Pero el mismo cuerpo que es fuente de deleite sensual también es el escenario de enfermedades, deterioro y destrucción, todo lo cual es angustiante, enormemente angustiante. En este sentido, el Bhagavad-gītā (5.22) advierte que la gratificación sensual termina en tribulación.
A pesar de tal tribulación y advertencia, los sentidos corporales nos impulsan una y otra vez hacia la indulgencia, invitando así al sufrimiento. Reconociendo que los impulsos corporales generan sufrimiento, algunas personas intentan extinguir esos impulsos sometiendo el cuerpo a estímulos contrarios a sus deseos. Así, pueden exponerlo a calor extremo, frío extremo o autoflagelarse. Al someterlo de esta manera a la mortificación, esperan extinguir sus impulsos.
De manera significativa, la Gītā (17.6) considera que la mortificación del cuerpo es impía. Resalta que tal abuso de los elementos corporales causa sufrimiento a la Superama, quien no desea que Sus hijos sufran innecesariamente.
La sabiduría del Gītā ofrece una visión equilibrada del cuerpo como una herramienta para la realización espiritual. Para alcanzar tales realizaciones, las formas activas de yoga, a diferencia de sus contrapartes contemplativas, involucran todas nuestras facultades, no solo las mentales e intelectuales, sino también las físicas y sensuales (5.11). Este mismo enfoque de utilizar el cuerpo alcanza su máxima expresión en el bhakti-yoga, el yoga de la acción y la intención devocional. En él vemos el cuerpo como perteneciente a nuestro amado Señor, Kṛṣṇa, y destinado a ser utilizado en Su servicio.
Además, el bhakti-yoga nos ofrece múltiples vías sensoriales hacia lo divino. Estas incluyen ver a las Deidades con los ojos, cantar los santos nombres con la lengua y escuchar la sabiduría espiritual con los oídos. Tal utilización espiritual redefine el cuerpo: deja de ser la causa de la esclavitud y se convierte en el medio para la liberación.
[Aquellos] quienes son necios y quienes torturan los elementos materiales del cuerpo así como también a la Superalma que mora dentro, se los ha de conocer como demonios. - Bhagavad-gītā 17.6

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