Bhagavad-gītā 17.2
A veces, los no creyentes demonizan a los creyentes, destacando la violencia religiosa.
Pero tal demonización pasa por alto que la etiqueta creyentes es demasiado amplia. Incluye tanto a personas que lavan el cerebro a niños para convertirlos en suicidas, como a quienes perdonan a sus opresores. Lo mismo ocurre con la etiqueta no creyentes: puede abarcar desde amantes pacíficos de la naturaleza hasta tiranos que asesinan sin piedad a millones, sin temor a rendir cuentas ante un poder superior.
Evidentemente, el comportamiento de las personas no está determinado únicamente por su creencia en Dios. El Bhagavad-gītā ofrece una visión más holística del comportamiento, basada en las tres guṇas o modalidades de la naturaleza material. El Gītā (17.2) afirma que nuestra fe cae dentro de estas tres modalidades.
Quienes tienen fe en la modalidad de la bondad buscan resolver los conflictos mediante el diálogo; quienes tienen fe en la pasión, mediante la dominación; y quienes tienen fe en la ignorancia, mediante la destrucción. Así, las guṇas determinan nuestra fe funcional, es decir, nuestra creencia sobre cómo funciona el mundo y cómo debe funcionar. Esta se puede distinguir de la fe ideológica, que se refiere a nuestras creencias sobre la realidad última.
En la toma de decisiones y en las acciones cotidianas, la fe funcional suele marginar o incluso distorsionar la fe ideológica.
Los creyentes en la modalidad de la ignorancia destruyen a sus oponentes —y justifican sus actos usando su religión. Esta ignorancia destructiva ataca a cualquiera que consideren una amenaza, incluso a personas de su misma religión que difieren en detalles doctrinales o rituales menores.
Mientras que los creyentes a menudo proclaman su fe ideológica, el Gītā (14.26) nos insta a convertirnos en bhakti-yogīs y enfocarnos en transformar nuestra fe funcional, mediante una conexión devocional disciplinada con la trascendencia pura.
Al elevarnos así de las modalidades inferiores hacia la bondad y más allá, hacia lo trascendental, nos volvemos agentes de cambio positivo, experimentando una satisfacción espiritual interior y promoviendo una armonía social exterior.
La Suprema Personalidad de Dios dijo: Según las modalidades de la naturaleza que el alma encarnada ha adquirido, su fe puede ser de tres clases: en el plano de la bondad, en el plano de la pasión o en el plano de la ignorancia. Oye ahora lo que se va a decir de eso. - Bhagavad-gītā 17.2

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