Śrīla Prabhupāda Uvāca 85
Julio
de 1973: Calcuta, India;
ISKCON
Calcuta
Conocí a
Bhavatarini, la hermana de Śrīla Prabhupāda, durante su visita al templo de
Calcuta. De ahí en adelante, ella fue siempre conocida como 'Pisimā', que creo
que significa hermana. Era increíble, unas pulgadas más baja y un poquito más
gruesa que Śrīla Prabhupāda, pero su cara, era Prabhupāda en femenino. Toda vez
que ella venía al templo, traía dulces y se los daba a su hermano mayor, Śrīla Prabhupāda,
y luego los distribuía a todos los devotos del templo. Ella amaba tener la
asociación de Śrīla Prabhupāda y pasaba la mayor cantidad de tiempo posible con
él.
A mí me
era imposible entender sus charlas, puesto que no entendía bengalí, pero a
veces Su Divina Gracia describía algunos detalles. Era evidente que ella amaba
mucho a su hermano, no meramente a un nivel material. Ella podía aprehender su
excelsa posición espiritual también. A menudo le cocinaba, lo cual era una
fuente de gran ansiedad para sus discípulos, porque ella usaba aceite de
mostaza en su cocina, que según Śrīla Prabhupāda, “...es difícil de digerir”.
Una vez, cuando se le preguntó sobre ese método, ella respondió, “El puede
digerir uñas si quiere”.
Un día,
mientras estaba masajeando a Śrīla Prabhupāda antes del almuerzo, él me dijo, “¿Conoces
alguna persona que sea gorda y no coma?”. Yo dije, “No, Śrīla Prabhupāda. No
conozco ninguna. ¿Se refiere a su hermana?”. El rió con ganas y dijo, “¡Sí!
Ella me dice que come poquito, pero sigue aumentando de peso. Tú no conoces a
nadie que aumente de peso sin comer, ¿no?”. Riendo entre dientes dije, “No, Śrīla
Prabhupāda, no creo que sea posible aumentar de peso sin comer”. Ahora nos
reíamos los dos. Él dijo, “¡Sí! Yo tampoco lo creo. Pienso que tu conclusión es
correcta. Ella tiene que estar comiendo mucho. Ella me dice que no come, pero
yo sé que lo hace”.
Continuó, “Se
me queja de la salud, que no se siente muy bien. Yo le dije, 'Estás muy gorda.
¿Cómo puedes estar sana?”. Ella dijo, “No lo sé, apenas si como. No sé porqué
estoy tan gorda'.” Continué friccionando a Śrīla Prabhupāda, notando nuevamente
lo cómodo que se sentía con su familia cerca, y en su ciudad natal. Yo estaba
muy agradecido de poder asociarme con Śrīla Prabhupāda en momentos tan íntimos.
Podía notar su interés por la salud de su hermana, pues él nos ha dicho que la
enfermedad viene de la ansiedad, la falta de limpieza o el comer demasiado.
Esa noche,
Śrīla Prabhupāda concedió darśana a
sus discípulos. Pisimā también estaba en la habitación. A ella no le preocupaba
no entender la conversación. Ella disfrutaba estando con él, tanto como fuera
posible, porque ella ama incondicionalmente a su hermano querido. Cuán elevada
y afortunada es por tener un amor y cariño natural por Śrīla Prabhupāda. De
pronto, Śrīla Prabhupāda dijo sonriendo, “Mírenla, sentada allí. Mírenla, qué
gorda está”. Todos comenzaron a reír con ganas, incluyendo a Śrīla Prabhupāda y
a Pisimā. El continuó burlándose de ella de un modo muy pícaro e infantil. “Qué
gorda está, mírenla, lo gorda que es. Ella dice que no come, pero igual se pone
gorda”. La habitación se colmó de risas. Pisima disfrutaba viendo reír a todos,
no dándose cuenta que su hermano mayor estaba bromeando sobre ella. Śrīla Prabhupāda
disfrutaba de su broma, compartida por sus discípulos. Fue un momento inusual y
maravilloso para todos.
Śrīla Prabhupāda,
el verlo en ese līlā feliz y
despreocupado, fue néctar puro. Espero que en alguna vida distante usted
derrame tanta misericordia sobre mí que pueda yo hacer asomar una sonrisa en su
cara, riéndose de mis tontas expresiones. En esta condición caída, la única
emoción que le provoco es un interés compasivo o desconcierto, debido a mi
incapacidad para seguir sus instrucciones con atención, como debe ser.
Es buenisimo este pasatiempo,es muy graciosooo!!!!
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