Había un bailarín profesional que solía dar representaciones en
distintos lugares, incluidos escenarios al aire libre. Tras una de las
actuaciones, un amigo le preguntó: —¿Bailaste anoche?
—No, no pude —contestó el bailarín.
Cuando su amigo, sorprendido, le preguntó el porqué, el bailarín le
respondió: —Había un montículo—. En otras palabras, como la situación no era la
ideal, el bailarín no dio su función. Pero Prabhupāda dijo que ése no era un
auténtico bailarín. Un auténtico bailarín
habría bailado como si el montículo hubiera formado parte del escenario. E
incluso aunque su actuación no hubiera sido tan perfecta, un verdadero bailarín
habría bailado bajo cualquier circunstancia. Igualmente, un discípulo entregado
llevará a cabo su labor aunque las condiciones no sean perfectas.
Satsvarūpa dāsa Goswami
Śrīla Prabhupāda contó en una ocasión la historia de una rata que se
liberó por ofrecer servicio a Viṣṇu. La rata estaba corriendo sobre el altar de
la Deidad
justo en el momento en que una de las lámparas de ghī estaba a punto de apagarse. La rata pensó que la mecha debía
ser algo comestible, así que introdujo sus bigotes en la lámpara. La llama
mortecina incendió los bigotes de la rata haciendo arder la parte de la mecha
que aún no se había quemado. De este modo, gracias al absurdo sacrificio de la
rata, la llama del altar de Viṣṇu continuó ardiendo. Y por su servicio a Kṛṣṇa,
la rata fue a Vaikuṇtha. Esta es la fuerza del servicio devocional a Kṛṣṇa,
incluso si se realiza de modo inconsciente.
Entrevista con Govinda dāsī; Satsvarūpa dāsa Goswami
¡Hermosas historias, gracias por compartir!. MVD
ResponderEliminarLas instrucciones de Srila Prabhupada siempre refrescan a la humanidad sufriente.
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