108. Relación entre guru y discípulo



Śrīla Prabhupāda Uvāca 108
Febrero de 1975; Honolulu, Hawai, EUA;
ISKCON, Nueva Navadvīpa

Luego de seis meses en la India, Śrīla Prabhupāda volvió a Occidente, vía Hawai. Se alojó en Oahu, en Nueva Navadvīpa, por una semana. Fue una estadía memorable. En ese centro había mucha agitación debido a las diferencias de las autoridades locales con las de Siddhasvarupa Ananda Gosvāmī. Se quejaban que Siddha no acataba la autoridad de ISKCON. Las objeciones fueron presentadas al secretario de Śrīla Prabhupāda, Paramahāmsa Swami. El recurrió a Śrīla Prabhupāda y explicó algunos de los problemas que estaban ocurriendo. Śrīla Prabhupāda dijo, “Traigan a Sidhasvarupa y tendremos una reunión”.

A la reunión asistieron Śrīla Prabhupāda, Siddhasvarupa Mahārāja, Paramahāmsa Mahārāja, Nitai prabhu, el presidente del templo y mi persona. Se efectuó en las habitaciones de Śrīla Prabhupāda. A través de las numerosas ventanas abiertas entraba una brisa placentera que refrescaba la encantadora habitación llena de sol de Śrīla Prabhupāda. La luz del cielo daba de lleno en el escritorio de Śrīla Prabhupāda. El siempre disfrutaba de su visita a Nueva Navadvīpa, y esta vez no fue una excepción.

Śrīla Prabhupāda no perdía el tiempo con formalidades. Luego que todos se sentaran en el suelo, miró sin emoción a Siddha y declaró muy objetivamente, “De modo que los devotos tienen algunas quejas sobre ti”.- Siddha sonrió y replicó, “¿Qué quiere decir, Śrīla Prabhupāda?”. Este continuó, “Una cosa, ¿porqué no te rapas la cabeza?”. Siddha respondió, “Si me afeito la cabeza, a veces me resfrío”. Śrīla Prabhupāda rió entre dientes y dijo, “¿En Hawai te resfrías?”. Siddha replicó, “En ocasiones, Śrīla Prabhupāda”. Śrīla Prabhupāda sugirió, “Podrías usar un gorro, así no te resfriarías. Tú eres un sannyāsi, las personas te miran. Es importante que sientes un buen ejemplo”.

Śrīla Prabhupāda continuó con otra queja, “Además, ¿porqué no llevas tu daṇḍa?”, Siddha replicó, “Bueno, por lo general no me dejan llevarla en los aviones, y me resulta problemático viajar con ella”. Śrīla Prabhupāda opuso, “Tenemos muchos sannyāsis, y todos llevan su daṇḍa, Paramahāmsa lleva su daṇḍa, y la lleva en el avión”. Siddha respondió, “Bueno, he tenido muchos problemas tratando de llevar mi daṇḍa en el avión”.

Śrīla Prabhupāda pausadamente pasó al siguiente punto contencioso. Cada tema era más serio que el anterior. Śrīla Prabhupāda dijo, “Ellos dicen que tus seguidores no vienen a verme aquí, que sólo te ven a ti. Sólo te oyen a ti y tratan contigo. ¿No vendrán aquí?”. Siddha replicó, “Si quieren venir, pueden hacerlo”. Śrīla Prabhupāda respondió prestamente con un tono de voz más autoritario, “Pero es tu deber traerlos aquí. Tú eres mi discípulo. El deber del discípulo es llevar a los devotos a su maestro espiritual. Esa es tu función. Así debe ser tu prédica. Si tu prédica no los trae a ese punto, entonces es inútil”.

Siddha replicó, “Probablemente sea un defecto mío, el que mi prédica no sea tan buena. Por eso no vienen. Pero qué puedo hacer, además de tratar de predicarles”. Śrīla Prabhupāda expresó, “Bien, si tu prédica es insuficiente, entonces mejor no prediques”.

Dado que las cosas se estaban aquietando, una ola de coraje me inundó. Para mantener la conversación activa, dije, “Śrīla Prabhupāda, tengo un comentario”. Śrīla Prabhupāda asintió con la cabeza en señal de aprobación y dijo, “Sí, continúa”. Dije, “Por ejemplo, esta mañana, en la sala del templo, Siddhasvarupa Mahārāja estaba dando la clase. Estaba sentado al lado de su vyāsāsana y una persona vino con una guirnalda fresca y se la colocó. Al verlo, mi mente se perturbó. En mi opinión, la guirnalda debió haber sido puesta sobre usted, dado que no había ninguna en el cuadro de la vyāsāsana. Pienso que la guirnalda debió ser colocada primero sobre la vyāsāsana”. Śrīla Prabhupāda se volvió hacia Siddha y dijo, “Es un buen punto, es correcto. Está bien si ellos quieren colocártela, pero tú debías haberlos orientado hacia el cuadro”.

Śrīla Prabhupāda dio por terminada la discusión sin elaborar ningún punto. Directamente abordó el tema de seguir las instrucciones del maestro espiritual y la relación entre el Guru y su discípulo. Este punto final terminó con la reunión. Todos ofrecimos reverencias y salimos de la habitación de nuestro guía divino y amante Gurudeva. Al día siguiente, Siddhasvarupa Mahārāja visitó a Śrīla Prabhupāda y le entregó una donación de $ 10.000 que uno de sus seguidores le había hecho. Eso demostró su comprensión de la instrucción de Śrīla Prabhupāda.

Usted es el medio transparente perfecto de su Guru Mahārāja. Usted siempre acepta servicio en su nombre. Dado que usted era el discípulo perfecto está completamente calificado como el maestro espiritual perfecto. Usted transfiere la devoción y adoración de sus discípulos a los pies de loto de su Guru Mahārāja. Śrīla Bhaktisiddhānta Sarasvatī Mahārāja transfiere los frutos de su devoción a los pies de loto de su Guru Mahārāja. De esa forma prosigue, de Guru en Guru dentro del Guru paramparā hasta los pies de loto del Señor Śrī Kṛṣṇa. Ruego humildemente el permanecer conectado siempre con sus pies de loto, siempre recordando que usted es mi Señor y amo eterno. Excepto por su misericordia sin causa, mi vida carece de valor o cualificación. Ruego que me permita difundir sus glorias eternamente. Oro por nadar en el océano de bienaventuranza, disponible por recordar su līlā eterno.

Su bajo sirviente, Śrutakīrti dāsa

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