112. Fantasmas y sin miedo de cantar el Mahā Mantra



Śrīla Prabhupāda Uvāca 112

Siempre era agradable estar con Śrīla Prabhupāda. Yo disfrutaba especialmente cuando él nos brindaba un vistazo de su vida antes de venir a América. Este compartir de su vida era una maravillosa expresión de su amor por nosotros. Además, Śrīla Prabhupāda se complacía mucho en describir diferentes aspectos de su vida con sus discípulos. Una tarde, comenzó a describirnos a Paramahāmsa y a mí, su vida como sannyāsi.

El dijo, “Mientras vivía en Vṛndāvana, a veces iba a Delhi por unos días para conversar con mi editor. En esos períodos, me alojaba en una habitación. Durante el invierno, hacía mucho frío. Tenía que romper una fina capa de hielo con mi lota, en el balde de agua para el baño. Luego me bañaba con esa agua”.

Una vez, en el Bhaktivedanta Manor, vinieron unas damas a visitar a Śrīla Prabhupāda, en varias ocasiones. Ellas sabían que Su Divina Gracia era una persona muy santa. Tenían la esperanza que Su Divina Gracia podría ayudarlas a resolver sus apuros. Le describieron a Śrīla Prabhupāda la forma en que los poltergeists habitaban en su piso. Ellas habían tratado de hacer muchas cosas para echar de la casa a esos molestos espíritus, pero nada funcionaba. Le informaron a Śrīla Prabhupāda que se habían roto diferentes cosas, mientras eran lanzadas por las habitaciones. Una de las mujeres le preguntó a Śrīla Prabhupāda si había alguna plegaria especial o mantra que ellas pudieran cantar, que obligara a las entidades a dejar la casa para siempre.

No sorprendió a sus discípulos cuando Śrīla Prabhupāda les aconsejó que cantaran el Maha Mantra. Él nos refirió dulcemente su propia experiencia con lo 'sobrenatural'. Describió que cuando era un gṛhastha, había comprado una gran casa embrujada en Calcuta, por un precio muy bueno. Dijo sonriendo, “Nadie compraría ese lugar. Era una casa muy bonita y grande, mas dado que estaba embrujada, todos tenían miedo. De modo que yo la compré y viví allí. Recuerdo que me sentaba y las cosas de la casa se movían. Yo me sentaba en mi silla a cantar 'Hare Kṛṣṇa'. Una vez, uno de mis sirvientes me dijo, 'Swamiji, ¿como puede estar aquí con estos fantasmas?'. Yo le dije que no había nada de que preocuparse, tan solo cantar Hare Kṛṣṇa. De modo que allí viví y pasaron muchas cosas, pero a mí no me asustaba nada”.

Un día, en la primavera de 1973, Śrīla Prabhupāda se hallaba en su habitación de Nueva Dvārakā. Caminaba cantando la japa.- Yo era afortunado de estar sentado en el piso mirándolo. De pronto, él me miró y con un tono de voz muy serio dijo, “El problema es que ninguno de mis discípulos cree que Kṛṣṇa está allí. En realidad, ninguno tiene fe de que Kṛṣṇa existe”. Yo me quedé sentado inmóvil, mientras Śrīla Prabhupāda continuaba cantando la japa. Mi fe, en el mejor de los casos, era microscópica. Yo estaba en ilusión, pero no tanto como para disentir con sus profundas palabras. Además, no se me ocurrió nada para decir. Śrīla Prabhupāda ya lo había dicho todo.

Śrīla Prabhupāda, mi fe es muy débil y mis sentidos cual fantasmas, me embrujan poderosamente. Por favor, aleje de mi alma estos demonios. Permítame oír el santo nombre de sus valientes labios de loto. Por favor guíeme en su servicio. Yo no conozco a Kṛṣṇa, pero he experimentado el amparo de sus eminentes pies de loto. Creo completamente que usted experimenta amorosamente a Kṛṣṇa a cada momento. Si me cuelgo de sus audaces pies de loto, por su misericordia de alguna manera llegaré a servir al Señor.

Su Conciencia de Kṛṣṇa era evidente en cada palabra que pronunciaba, cada mirada que concedía, y cada movimiento trascendental que realizaba. Por favor, bendiga a este alma desorientada y pose misericordiosamente su mirada sobre mí otra vez.- Sin oírlo cantar los Santos Nombres, estoy perdido y lleno de temor.

Anhelando Servirlo,
Śrutakīrti dāsa

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