123. Orgullo espiritual



Śrīla Prabhupāda Uvāca 123
Orgullo Espiritual

Un devoto receptivo puede aprender muchas cosas, sentándose y observando tranquilo a Śrīla Prabhupāda. He mencionado anteriormente la forma en que él se sentó muy derecho en su jardín de Nueva Dvārakā un día, diciendo, “El devoto está orgulloso de ser el sirviente de Kṛṣṇa”. Esta fue una lección muy importante para mí, porque equilibrar la humildad con el orgullo de ser el sirviente de Kṛṣṇa es un poco confuso.

Yo era de alguna manera tímido en la ejecución de mi servicio, cuando el mismo implicaba pedir ayuda o algún servicio de la gente fuera de la comunidad de devotos. Yo confundía la humildad devocional con la aprensión física material. Pude haber estado orgulloso de ser el sirviente de Kṛṣṇa, el sirviente de Prabhupāda, en vez de ello, me llenaba de disculpas. Negaba el orgullo, no realizando que estaba mal dirigido. Ilusionado, pensaba que necesitaba exudar humildad.

Śrīla Prabhupāda personificaba adorablemente el orgullo de ser el sirviente de Kṛṣṇa. A veces, cuando regresaba a su sala de estar después de un programa de la mañana, se dirigía a mí y con una sonrisa en la cara decía, “¿Grabaste la clase de hoy?”. -Yo contestaba, “Sí, Śrīla Prabhupāda”. Él continuaba, “Ponla, quiero oírla”. Otras veces, sentado detrás de su escritorio en su habitación, cuando los devotos entraban a la misma, él se sonría y decía, “¿Así pues, la clase estuvo bien hoy?”. Por supuesto sus discípulos siempre respondían con entusiasmo, acariciando cada palabra que salía de los labios de loto de su maestro espiritual. Los devotos reconocieron mensajes especiales dentro de algunas de sus clases, en las cuales incluso la más insensible de las entidades vivientes podía entender el punto que Śrīla Prabhupāda continua y claramente exponía.

Tal parecía que Śrīla Prabhupāda se enorgullecía de determinadas clases. En mi experiencia, cuando demolía la filosofía Māyāvādī, lo disfrutaba inmensamente. El presentaba orgulloso a Kṛṣṇa a todos, derrotando sonoramente sus argumentos falsos. Estaba muy orgulloso que Kṛṣṇa fuera su Señor y Amo.

Śrīla Prabhupāda expresaba asimismo orgullo en la relación con sus discípulos. Una hermosa tarde de Julio de 1973, Śrīla Prabhupāda se sentó en el jardín de Bhaktivedanta Manor con algunos de sus discípulos e invitados indios. Yo leía 'Los Cinco Aspectos del Señor Caitanya' una temprana y parcial edición del Śrī Caitanya caritāmṛta. Lo hacía lo mejor que podía, tratando de pronunciar el bengalí, usando la transliteración. Para mi sorpresa, después de leer por diez minutos, Śrīla Prabhupāda dijo, “Vean qué bien que pronuncia el bengalí. Aunque nunca ha leído en bengalí en toda su vida, con este método puede pronunciarlo muy bien”.

Muchas veces Śrīla Prabhupāda elogiaba a sus discípulos occidentales delante de la comunidad India. El concretaba muchas cosas por así hacerlo. Alentaba a sus discípulos a progresar en la Conciencia de Kṛṣṇa. Alentaba a la comunidad India, a tomar más seriamente lo que para ellos era su derecho de nacimiento. Nos mostraba a todos que por la misericordia de Guru y Gauranga y la potencia del Santo Nombre, hasta los mlecchas y yavanas podían avanzar en la vida espiritual. Śrīla Prabhupāda siempre concedió el crédito de todos sus logros a la potencia del Nombre del Señor y a su Guru Mahārāja. Una vez, en sus habitaciones de Nueva Dvārakā, me dijo, “Ustedes, chicos y chicas occidentales, se han intoxicado mucho. De no ser por el Mahā mantra, no podrían hacer nada”.

En Mayo de 1975, en Perth, Australia, Śrīla Prabhupāda conversaba con un profesor. Śrīla Prabhupāda hablaba con mucha fuerza sobre las diferentes clases de seres humanos. Paramahāmsa Mahārāja y yo estábamos sentados en la habitación, saboreando las expresiones de nuestro maestro espiritual al ligeramente receptivo caballero, en el sentido de que todos eran personas de cuarta categoría. Śrīla Prabhupāda miró al profesor y dijo, “Usted también es un hombre de cuarta clase”. El caballero replicó, “Bueno, ¿qué le voy a hacer?”. Śrīla Prabhupāda respondió con energía, “¡Usted debe volverse un devoto puro como ellos!”. Al terminar la oración, nos señaló a Paramahāmsa y a mí, como ejemplos de sus devotos puros. Mi Hermano Espiritual y yo nos miramos y sonreímos ampliamente. Sabíamos que no éramos puros, pero amamos el ser empleados como ejemplos por nuestro queridísimo maestro espiritual. Sabíamos que Śrīla Prabhupāda nunca diría jamás, “Vuélvete un devoto puro como yo”. Esa es una de las hermosas cualidades de mi maestro espiritual, el devoto puro del Señor.

Śrīla Prabhupāda, todo lo que he logrado en esta vida se debe solamente a su misericordia sin causa. Siempre estoy consumido por el orgullo falso, pero mi mayor orgullo, bien situado, es identificarme como su sirviente. Usted es mi Señor y estoy muy orgulloso de ser su sirviente. Oro por siempre permanecer como tal. Por favor, concédame la inteligencia para no olvidar nunca mi posición eterna. Aunque no tengo calificación, tengo fe en sus palabras, cuando nos señaló a Paramahāmsa y a mí. Sé que nos bendijo a ambos para alcanzar el servicio devocional puro en esta vida o en alguna vida futura. De su boca, a los oídos de Kṛṣṇa. ¡Todas las glorias a usted, Śrīla Prabhupāda!”. 

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