124. Śrīla Prabhupāda se asegura de que yo esté sano y feliz



Śrīla Prabhupāda Uvāca 124
Marzo de 1975; Māyāpur, India;
ISKCON Māyāpur Candrodaya Mandir

Han pasado más de dos semanas desde que Śrīla Prabhupāda me animó a acompañarlo en su recorrido por India. Hay muchas lecciones valiosas por delante. Como he mencionado, probablemente demasiadas veces, yo temía ir a la India debido a las enfermedades. Durante mi primer viaje a la India con Śrīla Prabhupāda en 1972, contraje ictericia, malaria, colitis y por supuesto disentería, todo en los dos primeros meses. Los efectos habían continuado persistiendo y mi salud era de alguna manera frágil. El recorrido de Śrīla Prabhupāda por la India, duró unos dos meses y debido a la misericordia de mi amado Gurudeva, estuve sano todo el tiempo.

Me turba hablar sobre mis actividades, pero debo hacerlo, porque Śrīla Prabhupāda personalmente veló porque recibiera todo lo que necesitaba para estar sano. Comía frutas frescas, yogur y queso hecho de leche de vaca. Además, vegetales hervidos y arroz. Para el desayuno, también harina de avena. Por supuesto solía comer los remanentes de Śrīla Prabhupāda toda vez que tenía la oportunidad. Él me preguntó en diferentes ocasiones si tomaba bastante leche fresca de vaca y tenía suficiente fruta para comer. Decía a mataji que arreglara su comida, para ver que yo tuviera lo que quería. No quiero parecer ofensivo pero Śrīla Prabhupāda me alimentó, no como un padre sino como una madre amorosa e interesada. Él se preocupaba y se preocupa mucho por todos nosotros. Me avergüenza decir que nunca merecí ese favor trascendental.

La maravillosa cualidad de misericordia compasiva de Śrīla Prabhupāda, no era solo para mí. Él amaba a todos sus discípulos. Al llegar al Kṛṣṇa Balarāma Mandira para la apertura del templo, llamó a los líderes a su habitación y preguntó, “¿Cómo los están atendiendo a todos? ¿Tienen leche de vaca para beber? Deben tener leche de vaca. No deben beber leche de búfalo”. No puedo enfatizar lo suficiente las muchas veces en que Śrīla Prabhupāda habló de la importancia de servir un buen prasādam a los devotos. Una de las primeras lecciones que Śrīla Prabhupāda me enseñó, fue que toda visita debía tomar prasādam antes de retirarse, aunque fuera un pedacito de fruta.

Durante el stava, el festival de apertura del Kṛṣṇa Balarāma Mandira, los devotos se quedaron en varias casas de invitados cerca del templo, puesto que no había suficiente espacio en el templo. Śrīla Prabhupāda les dijo a los encargados, “Asegúrense que los devotos estén bien instalados, no deben estar incómodos”. Era encantador observar a una persona Consciente de Kṛṣṇa en acción. Śrīla Prabhupāda estaba en pleno conocimiento de todo lo que sucedía a su alrededor y todo lo que no sucedía. La genuina atención amorosa de Śrīla Prabhupāda influenciaba al máximo a todos los devotos.

Śrīla Prabhupāda se aseguró que todos en su entorno recibieran todo lo que necesitaran y tomaran buen prasādam. Les dijo a los líderes que se aseguraran de que todos los que estaban a su cargo recibieran lo mismo. Nunca oí a Śrīla Prabhupāda decir a nadie que comía demasiado. Sin embargo, era común que Su Divina Gracia dijera a sus discípulos que se levantaban demasiado tarde, si es que no lo hacían a tiempo para recibir los beneficios espirituales del Brāhma Muhūrta.

Śrīla Prabhupāda, usted siempre sentó el ejemplo perfecto, mostrándonos la forma de obrar en todas las circunstancias. Cuando estaba enfermo, continuaba con su servicio sin quejarse, mas cuando yo me quejaba de la enfermedad, usted atendía compasivo mis deseos. Le debo mi vida y más aún. Usted aceptaba lo que fuera que Kṛṣṇa planteara para sus discípulos y se esforzó por brindarles todas las comodidades a las que ellos estaban acostumbrados. Usted se complacía en ver a sus discípulos felizmente ocupados en el servicio devocional, libres de ansiedad. Por favor, bendígame con el deseo de tratar a mis hermanos y hermanas espirituales con el mismo amor y cuidado que usted dispensó sobre ellos.

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