36. Realizaciones: "Ayúdeme"



«Una vez, en Hyderabad, Śrīla Prabhupāda reveló la esencia de nuestra relación con él. Estábamos cantando japa caminando hacia el este, como a dos kilómetros de la carretera principal, cuando el sol comenzó a asomarse frente a nuestros rostros. Entonces repentinamente apareció un automóvil disparado directamente hacia nosotros. Yo estaba a la derecha de Śrīla Prabhupāda, y Mahāṁśa caminaba a su izquierda, como si fuéramos sus guardaespaldas. El carro no disminuia su velocidad sino que seguía acercándose. Sentí tanta ira que me adelanté corriendo hacia el carro, levanté los brazos y grité con todas mis fuerzas:

»—¡¡Paren!!

»La idea que tenía en mente era, «¡si se van a acercar más, mejor pásenme por encima!». Todo el cuerpo me temblaba como una hoja, porque casi me atropellaron. Frenaron exactamente delante de mí. Dentro del carro habían dos rufianes adolescentes, hindúes. Entonces Prabhupāda se acercó; se veía muy feliz y estaba sonriendo. Me dijo: —¡Mūrti, has arriesgado tu vida por mí! ¡Muy bien!

»Luego rodeó el automóvil y siguió caminando por la calle. Yo tomé esto como un indicio de nuestra relación. La relación de Prabhupāda conmigo y con los demás devotos de mi generación (que no éramos sus discípulos sannyāsīs íntimos) era como la relación entre un general y sus soldados. Siempre nos trataba con ánimo militar: muy estricto y cordial. Nunca sentimos que pudiéramos estar en términos familiares con Śrīla Prabhupāda en cuanto a conversación o a actividades, tal como lo hacían algunos devotos que nosotros conocíamos, tales como Gurudāsa y otros. Por alguna razón, muchos de los devotos como yo se relacionaban con Prabhupāda de esa manera, como el señor, el gran general, y nosotros como los reclutas. Él vivía esa relación, y nosotros también.»
Entrevista con Mūrti dāsa

A veces los devotos tienden a ser envidiosos de las relaciones de sus hermanos espirituales con Śrīla Prabhupāda. Sin embargo, leer este recuerdo de Mūrti nos hace conscientes de que cualquier relación con Prabhupāda sentida sinceramente con dedicación es la más elevada. Cuando Mūrti describe su relación distante y formal con Prabhupāda, parece de hecho ser superior a otra con más intimidad física en la que a veces se abandonaba la reverencia. Y sin embargo cuando leemos una memoria íntima de un sirviente como Śrutakīrti, sentimos que ciertamente nos estamos acercando maravillosamente a Śrīla Prabhupāda. Por lo tanto, todas las variedades de relaciones, mientras estén basadas en el servicio a Prabhupāda, son igualmente importantes y puras, y al escucharlas podemos aumentar nuestra devoción al guru y a Kṛṣṇa.

«Mi primer encuentro personal con Śrīla Prabhupāda fue en Suiza. Prabhupāda iba a reunirse con una persona muy importante, y estaba en su habitación con Guru-Gaurāṅga, Bhagavān y Yogeśvara. Estábamos cocinando para Prabhupāda, así que cuando salió corrimos a la puerta para verlo. Śrīla Prabhupāda y los otros pasaron casi frente a la puerta de la cocina. Cuando nos vieron allí, Yogeśvara paró al grupo y dijo: —Śrīla Prabhupāda, ella es una modelo muy famosa, mundialmente famosa, bla, bla, bla...—. Mientras él seguía hablando, para mí era tan vergonzoso el tener que escuchar. Yo quería decirle a Śrīla Prabhupāda: «No es verdad, ahora soy devota. Por favor no lo escuche». Yo miraba a Prabhupāda como diciendo: «Ayúdeme». Prabhupāda me miró directamente a los ojos y entonces Yogeśvara dejó de hablar. Pero luego empezó de nuevo a explicar todo con otras palabras. Yo sentía que me estaba hundiendo en el suelo. Tuve la sensación de que había desaparecido de la superficie del globo, y cuando recuperé la conciencia, Prabhupāda todavía me estaba mirando y Yogeśvara estaba terminando su pequeña charla. Prabhupāda entonces me brindó una hermosa sonrisa, como la de un niño de cinco años, juguetona, brillante. Fue algo increíble, como si el sol entero hubiera entrado en la cocina. Me miró con un destello en los ojos y dijo: —Canta Hare Kṛṣṇa—. Yo le respondí: —Sí, Śrīla Prabhupāda—, y me postré en el suelo, y Prabhupāda continuó andando.

»Cuando me dijo que cantara Hare Kṛṣṇa, sentí que esta era la instrucción que había estado esperando toda la vida. Quedé muy satisfecha, y supe que la conciencia de Kṛṣṇa era para mí. Él les confirmó a todos la importancia de cantar Hare Kṛṣṇa, pero también habló específicamente para mí. Me convencí de que esta era mi manera personal de complacer a Śrīla Prabhupāda.»
Entrevista con Śatarūpā-devī dāsī


En este caso de Śatarūpā vemos que él le dio el mismo programa de conciencia de Kṛṣṇa que dio a todos los demás: —Canta Hare Kṛṣṇa—. En su caso, era lo que ella estaba esperando, así que no requería un tratamiento especial. Sin embargo, Śrīla Prabhupāda era siempre sensible y podía acomodar a invitados con concepciones exageradas de sí mismos debido a la fama o a su alta posición en el mundo. Pero si uno quería verdaderamente hacerse devoto, el consejo de Prabhupāda siempre era hacerse humilde, servir como los otros devotos de acuerdo a la propia capacidad y cantar Hare Kṛṣṇa.

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