«Yo no creo que en ningún momento sea posible la separación de Prabhupāda,
(por supuesto, siempre que querramos mantener su asociación). Él está listo y
nos espera. En cualquier momento en que nos volvamos a él, él está allí listo
para guiarnos y ayudarnos de cualquier manera. Principalmente está ahí para
darnos instrucciones en el servicio (y para castigarnos si desobedecemos). Pero
nunca tenemos que irnos.
ȃl siempre nos da la oportunidad de abandonarlo si queremos, si el
castigo es demasiado pesado. Pero abandonar a Śrīla Prabhupāda es la más grande
pérdida, el desastre completo. Es mejor aceptar el castigo y tratar de mejorar,
por difícil que parezca, y ganarnos de nuevo su favor, en vez de tratar de
huir, evitándolo o —peor aún— tratando de olvidarlo.
»Por supuesto, Prabhupāda nos ama incluso cuando nos castiga. De hecho
sus castigos son la prueba de que nos ama, de que nos cuida, de que quiere que
mejoremos y nos volvamos buenos devotos de Kṛṣṇa.
»Y si seguimos sus instrucciones él se complace mucho, se complace muy
fácilmente y recíprocamente nos bendice, alentándonos y dándonos más
instrucciones.
»Sin embargo nunca tenemos que inflarnos pensando que como Prabhhupāda
está reciprocando con nosotros él está favoreciéndonos o que somos perfectos.
Lejos de eso. Prabhupāda nos ayuda debido a su misericordia sin causa. No tenemos
ninguna otra aptitud. Nuestra única aptitud o esperanza es la misericordia sin
causa de Śrīla Prabhupāda, eso es todo. Así que si nos enorgullecemos pensando
que somos especiales, o que somos sus favoritos, Śrīla Prabhupāda no se siente
complacido. Entonces —por su misericordia sin causa— él puede arreglar alguna
dificultad para humillarnos, para que nos arrastremos a buscar refugio.
»Sobre todo Śrīla Prabhupāda es una persona perfecta. Es maravilloso. Y
reciproca en la medida en que nos acerquemos a él. Y es muy personal —incluso a
veces muy humorístico— y también muy amable y compasivo. Si cometemos errores,
él nos perdona. Él está listo para perdonarnos y darnos otra oportunidad de
servirlo. Y cuando seguimos sus instrucciones se complace. Él reciproca
dándonos más servicio. Así que mi consejo a todos (y en realidad este consejo
se lo digo más a mi mente que a nadie más) es que siempre recordemos a Śrīla
Prabhupāda y nunca lo olvidemos. Él siempre está allí. Él es nuestro padre,
nuestro mejor amigo, nuestra misma vida.»
Entrevista con Girirāja Swami
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