106. Cobras en habitación de Śrīla Prabhupāda



Śrīla Prabhupāda Uvāca 106
Octubre de 1974, Māyāpura, India;
ISKCON Candrodaya Mandir

En el mes de Octubre (Kārtika) Śrīla Prabhupāda bendijo a los devotos en Māyāpur con su asociación. Era una época agradable del año en la India. Śrīla Prabhupāda y sus acompañantes se alojaban en la parte del Mandira más alejada del camino, en el segundo piso. Las instalaciones de Śrīla Prabhupāda consistían en dos habitaciones y sus acompañantes se alojaban en otras dos. Había un gran cuarto de baño al final de cada vivienda. En cada baño había cuatro toalleros y cuatro toilets.

Una tarde, a última hora, Śrīla Prabhupāda concedió darśana en su sala de estar. Yo limpié un poco el cuarto de baño, luego Su Divina Gracia se duchara. Todo el cuarto de baño era de su uso exclusivo durante toda la visita.
Al pasar por el primer toilet, una enorme cobra de seis pies de largo reptó a mi lado por el excusado. Aterrorizado, salí corriendo del baño, tan rápido como mi convulsionado cuerpo me lo permitió. No estaba seguro de qué clase de víbora era. No quería armar un gran escándalo e interrumpir el darśana de Śrīla Prabhupāda. Pese a mi inhibición, Kṛṣṇa ordenó que el primer devoto con el que me debía encontrar fuera Bhavananda Mahārāja. Con mi corazón latiendo locamente, dije, “Bhavananda, Bhavananda, hay una víbora en el baño de Prabhupāda. Pasó justo por mis pies, ¡y erró el blanco!”.

Por supuesto, mi plan de mantener la calma y no generar un disturbio no era obviamente lo que Kṛṣṇa quería, Él empleó a Bhavananda Mahārāja en el drama. Bhavananda irrumpió fragorosamente en la sala de estar de Śrīla Prabhupāda, y con los brazos alzados dramáticamente exclamó, ¡OOOHHH, Prabhupāda! ¡Hay una víbora en su baño! ¡Necesitamos ayuda! ¡Llamemos a Rasaparayana!” Rasaparayana era el enorme kṣatriya del templo. “¡Vamos, llamemos a Rasaparayana!” Bhavananda gritaba mientras salíamos de las habitaciones de Śrīla Prabhupāda.

Por supuesto terminamos con el tranquilo darśana. Śrīla Prabhupāda y sus discípulos salieron de la habitación, moviéndose compactamente a lo largo del pórtico. Un par de devotos entraron al cuarto de baño a buscar a la serpiente, mientras los demás se quedaban en el porche. Śrīla Prabhupāda cantaba tranquilo la japa, caminando en ambos sentidos del porche, sin perturbarse.

Bhavananda comenzó a especular, “La debe haber dejado alguien de la Gaudiya Matha, si no, cómo puede ser que una serpiente suba hasta el segundo piso”. Otros estaban de acuerdo, diciendo que era imposible que una serpiente apareciera en un piso superior de no ser puesta allí. Otros teorizaron que quizás era un complot comunista. Puesto que yo era un visitante de este sagrado Māyāpur Dhama, no estaba familiarizado con el escenario político local. Llegué a la conclusión que la serpiente simplemente apareció en el baño de Śrīla Prabhupāda.

Rasaparayana se presentó, cuchillo en mano, tratando de hallar a la serpiente. Nos informó, “Viajan de a dos, entonces si hay una, es probable que la pareja ande cerca”. Finalmente, vio parte del cuerpo de la enorme serpiente emergiendo de la cañería de uno de los excusados sanitarios. Informó la buena noticia a los devotos que estaban en el pórtico. Con gran excitación, Bhavananda y los otros comenzaron a cantar, “¡Mátala! ¡Mátala!”. Śrīla Prabhupāda estaba afuera; seguía cantando suavemente en las cuentas. No brindó instrucciones en relación a este dilema. Rasaparayana cortó en dos el cuerpo de la cobra, con su afilado cuchillo.

Con determinada resolución, dijo, “Estaremos alertas. Debe haber otra”. Los devotos comenzaron a realizar que las víboras probablemente habían subido por las cañerías. Después de todo, no se trataba de un complot comunista. Pasaron varios minutos ansiosos, buscando a la otra intrusa. Rasaparayana finalmente detectó a la pareja, en la red de caños detrás de los toilets. Una vez descubierta, se escurrió rápidamente, escapando, sin dejarse ver otra vez.

Luego que todos se apaciguaran, regresamos a la sala de estar de Śrīla Prabhupāda. Él dijo, “A veces, la misión de estas serpientes es matar a determinada persona. Ellas no se detienen hasta lograr el éxito. En particular, al final de la vida de la víbora, a la serpiente le crecen alas; tiene una persona en particular a la que tiene que matar. La víbora mata a esa persona y luego se retira a morir”. Recuerdo unas cuantas veces en Māyāpur, en la quietud de la noche. Śrīla Prabhupāda emitió un sonido, “Oigan ese sonido. Es el silbido de la víbora. Es un sonido especial”. Todos los devotos se quedaron quietos por un momento, con la esperanza de volverlo a oír. Yo me asusté un poco, preguntándome si era el siguiente.

Esa noche, en el dormitorio de Śrīla Prabhupāda le dí suaves masajes a sus piernas. La habitación estaba quieta y oscura. Él comenzó a reír entre dientes y dijo, “Bueno, qué voy a hacer si estoy aquí y viene la víbora. Sólo se mató una de ellas. Quizás la otra vuelva esta noche”. Parecía disfrutar del recuerdo de la ansiedad colectiva del día. Comprendí por su tono de voz que la víbora no le preocupaba en absoluto. Animé su charla, diciendo, “No sé, Śrīla Prabhupāda”. Él replicó, “Bueno, no nos asusta la picadura de una víbora. No nos preocuparemos por eso. Si viene, viene. Simplemente cantaremos Hare Kṛṣṇa”. Terminé de dar el masaje a mi amado maestro espiritual. El descansó pacíficamente, con su mente sin temor fija en el Señor Supremo. Yo, por el contrario, volví a mi habitación ansioso, preguntándome dónde estaba la otra víbora.

Śrīla Prabhupāda, usted es mi héroe. Usted es el devoto puro más audaz del Señor. Una vez, en una caminata matutina por Māyāpur, cuando todos estaban discutiendo sus temores sobre una amenaza nuclear, usted dijo, “Si viene la bomba, miraremos alto al cielo y diremos, “Aquí viene Kṛṣṇa”. Por favor, bendígame con fe inquebrantable en usted, para no temer a este mundo material. Quiero poder cantar los Santos Nombres mientras la víbora alada vuela, preparada para picar por última vez.

1 comentario:

  1. :/ , muchas veces el temor proviene de no saber que es lo que debe hacer uno además de cantar maha mantra, pues sería también negligente no hacer nada mas ¿no?.
    MMVD

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